Líbano e Israel, países vecinos oficialmente en guerra, iniciaron este miércoles discusiones técnicas para delimitar su frontera marítima y levantar los obstáculos a la exploración de hidrocarburos, en una segunda ronda de negociaciones inéditas bajo los auspicios de Washington y la ONU.
Como durante la sesión inaugural del 14 de octubre, la reunión entre las delegaciones libanesa e israelí, de dos días de duración, se lleva a cabo en las oficinas de la ONU en Naqoura, localidad del sur de Líbano fronteriza con Israel, informó la agencia nacional de información libanesa ANI.
Tras varios años de esfuerzos diplomáticos estadounidenses entre bastidores, Líbano e Israel dieron a conocer a principios de octubre el lanzamiento de estas negociaciones, «históricas» según Washington.
La mediación es garantizada ahora por un alto responsable estadounidense, John Desrocher.
Líbano insiste en el carácter «técnico» y no político de las discusiones, dejando en claro que se trata de discusiones «indirectas», es decir que los dos equipos no hablan entre ellos.
Helicópteros de la Finul, la fuerza de la ONU desplegada en la línea que sirve de frontera terrestre entre ambos países, sobrevolaban el sector de su base cerrado por retenes donde se reúnen los negociadores, según un fotógrafo de la AFP.
El contencioso marítimo entre los dos países abarca una zona de 860 km2. Estas negociaciones son cruciales para Líbano, cuya economía está por los suelos y confía en la prospección marítima de hidrocarburos
Los libaneses llegaron el miércoles con «mapas y documentos que muestran los puntos de discordia», según la agencia ANI.
Para el gobierno israelí, el objetivo es «examinar la posibilidad de un acuerdo sobre la demarcación de la frontera marítima para permitir el desarrollo de los recursos naturales», según un comunicado publicado el martes.
– «Reclamar lo máximo» –
«La sesión del día es la primera técnica, deberían comenzar las discusiones detalladas sobre la demarcación», pronostica Laury Haytayan, experta en buena gobernanza de recursos de hidrocarburos en Oriente Medio.
Para Haytayan, Líbano piensa «reclamar lo máximo que pueda obtener», y prevé ir incluso «más allá de los 860 kilómetros» cuadrados en discusión.
Esto incluiría el yacimiento de gas natural Karish, actualmente explotado por Israel. «Hay que esperar la reacción de los israelíes», dice Haytayan.
Desde hace un año, Líbano conoce una recesión económica acompañada de una depreciación de la moneda nacional y un aumento de la pobreza. La comunidad internacional se niega a liberar cualquier ayuda financiera sin la adopción de reformas.
A pesar de este contexto calamitoso, las autoridades «quieren enviar una señal a los libaneses, y a los negociaciones israelíes y estadounidenses, de que no están en la mesa de negociaciones en posición de debilidad», subraya Haytayan.
El anuncio de las tratativas provocó tensión en Líbano.
Los dos partidos chiitas libaneses Hezbolá y Amal fustigaron la presencia de figuras civiles en la delegación libanesa y estimaron que solo los militares tenían que estar presentes.
La última gran confrontación entre Hezbolá e Israel remonta a 2006. Una guerra devastadora causó más de 1.200 muertos en el lado libanés, sobre todo civiles, y 160 en el israelí, en su mayoría militares.
Desde entonces, se han mantenido reuniones tripartitas organizadas con responsables militares por la Finul, la fuerza de la ONU desplegada en la zona para vigilar la frontera entre los dos países.
– «Voces positivas» –
El martes, el ministro israelí de Defensa, Benny Gantz, saludó las «voces positivas» que hablan en Líbano de la «paz con Israel», incluso si los responsables libaneses insisten en que estas discusiones no abren el camino a una normalización.
En una entrevista el lunes al canal libanés Al-Jadeed, Claudine Aoun, la hija del presidente libanés, afirmó en efecto que «se deben resolver primero todos los problemas» antes de avanzar hacia un acuerdo de paz.
Según la ONU, se llevarán a cabo negociaciones sobre la frontera terrestre de forma separada, en el marco de estos encuentros.
Estas negociaciones tienen lugar en un contexto regional de fuertes tensiones en el Mediterráneo oriental, sobre los hidrocarburos y el límite de las fronteras marítimas, con Turquía, Grecia y Chipre en el centro de las disputas.
Fuente: Agencia Francesa de Prensa