Dijo el Papa XIV: “Como la Madre nunca abandona a sus hijos, también ustedes deben ser fieles a la Madre”.
Hermosa la Fiesta que hoy celebramos con la que concluimos cada año el mes dedicado a la Virgen María.
La Madre de Nuestro Señor Jesucristo viene a auxiliarnos en las tareas cotidianas, en los oficios del hogar y las diligencias que tenemos que realizar.
Mucho tiempo y esfuerzo requieren los caminos del servicio.
Santa Isabel bendice a la Madre y al fruto virginal de su vientre reconociendo la intervención de Dios en nuestro cada día.
Mientras más tediosas, afanosas y complicadas sean las labores, la compañía de Nuestra Señora de la Visitación hará que ellas tengan sentido y sean de utilidad para todos.
Por eso, estemos más cerca de la Virgen María en dichos momentos, en especial los de dificultad.
Esta Fiesta establecida por el Papa Urbano VI en 1389, situada entre las Solemnidades de la Anunciación del Señor del 25 de marzo y del nacimiento de San Juan el Bautista, el 24 de junio, pide que cultivemos el fruto de la alegría cristiana del esfuerzo y la dedicación en bien de los demás.
Esto es ser fieles a la Madre de Dios.
Recemos el Magnificat…