Fuente inagotable de vida es el Corazón Virginal de la Madre del Hijo de Dios. Ambos corazones durante 9 meses latieron al unisono, e inseparables los corazones de Jesús y María desde entonces.

María guardaba todas las palabras de su Hijo en su Corazón de Discípula, Sierva y Madre.

El inmaculado Corazón de María es verdadero Corazón Maternal.

Esta es la hora de volver al cuidado de la Virgen, de refugiarnos en su Corazón Inmaculado y de pedir por la paz del mundo.