La hora de la prueba ocurre cuando se derrumban por la causa que sea los proyectos de nuestra vida, cuando los sueños que tanto anhelamos e habíamos invertido todo en ellos se quedan a medio talle, y cuando los contrarios parecen aplastarnos estando nosotros en la verdad.

Solo la fe en Jesús Eucaristía puede sacarnos adelante. Levantarnos, volver a comenzar y emprender nuevos horizontes señalados por el Evangelio de la Caridad con los más humillados y despreciados.

Pedimos a María, Reina de la Paz, especialmente por los de temperamento explosivo, impositivo, acaparador y dominante para que eviten los conflictos a toda costa.

Si pudiéramos entender que las guerras y pugnas hay que erradicarlas de entre nosotros.

No existe algo tal como vencedores y vencidos. Tarde o temprano los últimos buscarán la revancha y las calamidades que seguirán serás mayores y más horripilantes que las producidas por las del primer choque de intereses y fuerzas.

Nuestra apuesta, en la que nos jugamos el todo, es Cristo nacido de María, siempre Virgen, la Roca sobre la que se ha edificado la Fé Católica.

Ni demonios, ni milagros, ni profecías. Esos fenómenos extraordinarios ocurren en la esfera de todas las religiones y culturas desde tiempos inmemoriales.

Son las Obras de Misericordia las que hablarán por nosotros delante de Dios y de los favorecidos por ellas en el juicio final.