Eco de la Pascua de Resurrección es la Fiesta de Santo Tomás Apóstol. Merito alguno no tenemos ante la obra de Dios.

La Paz es el saludo de Cristo a sus Apóstoles reunidos en el día del Señor.

La Comunión con su Cuerpo y con su Sangre, con sus llagas y su costado abierto es nuestro paso de la duda a la certeza de la Fe católica, del sin sentado a la calma, del dar un paso adelante como lo hizo el Apóstol Santo Tomás, soldado el Mellizo.

Quienes lo critican están masificados. Cada uno tenemos dentro de la vocación a la santidad un llamado muy particular, irrepetible y esencial en la construcción del Reino de Dios.

No dejes que nadie te aplaste porque tienes una personalidad marcada, unas capacidades únicas inherentes a tu ser, y una construcción insustituible que hará avanzar la obra de la evangelización en la Iglesia y en la sociedad.

Por eso dí de todo corazón, con todas tus fuerzas y alma en la Consagración de esta Misa: Señor mío y Dios mío.