Solo Jesús puede ver más allá de la historia pasada y presente de todo ser humano.

¡Y por eso nos llama!.

Al hacerlo, nos pide que abandonemos la injusticia social.

Tal como Mateo, el Santo Apóstol lo hizo, abandonemos las mesas de la corrupción en nuestras empresas laborales y comerciales.

Si practico la religión católica, no puedo estar involucrado en intereses pecuniarios fraudulentos, menos a costa de la Iglesia, cuyos bienes tienen el fin de servir a la Mesa de los más necesitados:

Huérfanos,

Viudas,

Enfermos y

Desgraciados.

Otro aspecto del Evangelio de este viernes primero del mes de julio dedicado al Misericordioso Corazón de Jesús, son las críticas maliciosas hacia Jesús por celebrar la Eucaristía con la familia de Mateo en su Casa.

Al respecto el gran testigo e intelectual inglés del Siglo XIX quien dió el paso a la Iglesia Católica, canonizado por el Papa Francisco, el Patrólogo San Jhon Henry Cardenal Newman:

“No me ha creado para nada. Haré bien el trabajo, seré un ángel de la paz, un predicador de la verdad en mi propio lugar si obedezco sus mandamientos.

Por tanto confiaré en Él quienquiera que yo sea, doquiera que esté. Nunca me pueden desechar.

Si estoy enfermo, mi enfermedad puede servirle.

En la duda, mi duda puede servirle.

Si estoy apenado, mi pena puede servirle.

Él no hace nada en vano. ¡Él sabe lo que hace!”.

Jesús que come con publicanos y pecadores para curar nuestras enfermedades perversas y nos fortalece con su medicina que es la Confesión y la Comunión Sacramental.