El Sagrado Corazón de María es el lugar de acceso a los misterios de la vida, pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor. Y es que el Corazón del Salvador de los hombres, siendo Divino, asumió la Carne de la Virgen Inmaculada. Desde entonces, siempre han estado, y estarán unidos por siempre, el Corazón de la Madre y el Corazón de su Hijo. Así nos lo ha hecho saber el Apóstol de ambos Sagrados Corazones en Comunión Perfecta, San Juan Eudes. Esto en una época y ámbito como fue el siglo XVII francés en lo adelante, de una cultura plagada por la superficialidad, el boato y la violencia en búsqueda del acaparamiento de las posesiones. El adentramos mediante la predicación de la Iglesia y la confesión sacramental nos liberará de estos males mencionados y nos irán acercando a la santidad, es decir, a la verdadera libertad del alma. Somos privilegiados de poder participación, nosotros pecadores de esta gracia infinita.

No podemos dejar de mencionar hoy al único Santo canonizado en la República Dominicana en el faro a Colón en el 1992 gracias al Papa San Juan Pablo II, al Obispo San Ezequiel Moreno, un agustinos recoleto, que asumió sin búsqueda de otra cosa su rol de Pastor misionero por las difíciles tierras colombianas en tiempos de la conquista.