Nos unimos al Jesús Orante al Padre que nos entrega San Lucas en su Evangelio para poder realizar nuestra misión de vida con la luz, fuerza y valor del Espíritu de ambos.

Herodes después de martirizar al Bautista se preguntaba ayer, como cada año impar, sobre Jesús y lo que la gente decía al respecto. También los apóstoles comunican al mismo Señor estos pareces del pueblo.

La Confesión de San Pedro Apóstol, a nombre de todos ellos, nos confirma en nuestra participación en la pasión y muerte para resurrección del Cristo, el Hijo de Dios, el Salvador de todos, por medio a la Comunión de su Cuerpo y su Sangre para que podamos optar por el camino de la ayuda a los pobres, el consuelo e inclusión de los marginados y aliviar los dolores de los sufrientes mediante la Pascua del Señor.

Optar por el camino certero es tomar la decisión por compartir y aliviar la vía dolorosa con los sufrientes, es la fórmula de la vida mesiánica, de anticipar la pascua.