Un hombre que atravesó las penurias de la pobreza en su infancia, superar grandes obstáculos para alcanzar el sacerdocio, el secuestro y luego la decisión de romper con un ambiente superficial y vano para ejercer su sacerdocio a la manera de los grandes santos contemporáneos a su tiempo.

Crea su llamada pequeña compañía o congregación misionera para asistir a los más pobres, instruirlos y llevarlos a la confesión Sacramental, asistir a los enfermos y reconciliar a los enemistados entre sí.

Gran preocupación tuvo por alimentar, disciplinar y formar en la oración a los nuevos sacerdotes para que obedeciesen a los Obispos.

Mucho insistía en el cumplimiento de los tres votos de pobreza, castidad y obediencia, y un cuarto de dedicarse toda la vida a la asistencia del pobre pueblo. Incluso habló del quinto voto de sometimiento al Obispo directamente.

Y la vida comunitaria debía de ser compartida en la limpieza, orden, oración durante el día y entrega.

Para que hombres y mujeres como estos santos vicentinos surjan y reformen la Iglesia y la sociedad… Roguemos al Señor.