Dios escogió al Polaco Karol Woytila para que, como sucesor de San Pedro y San Pablo, en tiempos turbulentos para la Fé Católica, nos confirmara en la fe en JESUCRISTO, EL REDENTOR DE LOS HOMBRES, en LA RIQUEZA DE LA MISERICORDIA DIVINA, por el Espíritu Santo, SEÑOR Y DADOR DE VIDA.
En LA IGLESIA DE LA EUCARISTÍA se vive la vocación a la santidad, a la comunión y a la misión. Por eso clamamos: DANOS PASTORES según el Corazón de Cristo, FIELES LAICOS DE CRISTO y CONSAGRADOS RELIGIOSOS en pobreza, castidad y obediencia.
¡Qué todos sean Uno! Clamó y trabajó arduamente por el todo el mundo por la unidad de la Iglesia, de todos los cristianos y en armonía solidaria con todos los hombres de buena voluntad.
San Juan Pablo II si supo en su vida del amor preferencial a los pobres, pues el fue uno de ellos. Su papado, el segundo más largo de la historia, estuvo dedicado a anunciar la Doctrina Social de la Iglesia como EJERCICIO DEL TRABAJO HUMANO, ante LA SITUACIÓN SOCIAL APREMIANTE y confirmando a los CIEN AÑOS la prontitud en atención a la cuestión de los obreros.
Grande, aquel que le decía a la Virgen María, la MADRE DEL REDENTOR: Todo tuyo soy.