Imagen de la planta de energía de carbón de Boxberg (Alemania) - EFE

El carbón sigue suministrando el 37% de la electricidad que anualmente consume Alemania

El lignito seguirá presente 18 años más en la cesta energética alemana. El gobierno federal y los Bundesländer han acordado esta noche un cronograma de apagado de las centrales eléctricas de carbón que termina en 2038. Merkel ha presentado a los primeros ministros de Renania del Norte-Westfalia, Sajonia, Sajonia-Anhalt y Brandeburgo un camino de desmantelamiento que liga contractualmente a los operadores de las plantas de energía de lignito y las minas a cielo abierto. Se espera que el proyecto de eliminación del carbón se inicie en enero y sea definitivamente adoptado a mediados de año.

El acuerdo establece que en los años 2026 y 2029 debe verificarse si las fechas de desmantelamiento planificadas después de 2030 pueden adelantarse tres años para lograr la fecha de cierre en 2035. También forma parte del acuerdo que el bosque Hambacher en Renania del Norte-Westfalia no sea talado por la mina adyacente a cielo abierto de Garzweiler. El bosque se había convertido en un símbolo para la lucha de los ecopacifistas y protectores del clima. El gobierno federal se ha comprometido a estipular una asignación de ajuste para los empleados en plantas de energía de lignito y carbón duro, así como en minas a cielo abierto, compensaciones que se pagarán hasta 2043. Además ha reafirmado su compromiso de apoyar a los estados y regiones federales afectados por la eliminación del carbón con un total de 40.000 millones de euros durante ese período.

Los cuatro jefes de gobierno de los estados federados han llegado a este acuerdo con la canciller Angela Merkel y los ministros federales de Energía, Protección Climática y Finanzas que ha tenido lugar en la cancillería durante esta noche y a lo largo de más de seis horas. Lo acordado se corresponde con las recomendaciones de la Comisión alemana del Carbón, formada por representantes de la industria, la economía y de asociaciones ambientalistas, que hace ya un año propuso exactamente ese calendario para que Alemania pueda cumplir con sus objetivos climáticos. Hasta ahora, Alemania era el principal consumidor europeo de este combustible y donde se ubican siete de las diez térmicas más contaminantes de toda la UE.

Pero no resultará tan sencillo. El carbón sigue suministrando el 37% de la electricidad que anualmente consume Alemania. Berlín se había comprometido a reducir en un 40% sus emisiones en 2020 respecto a los niveles de 1990, pero el carbón ha impedido el cumplimiento de ese objetivo, sumado al hecho de que tras el desastre de Fukushima el país decidió un plan de abandono de la energía nuclear que prevé cerrar la última central en 2022. Ahora, según el acuerdo, dentro de tres años las centrales más antiguas estarían ya fuera del sistema. La mayor parte de las centrales térmicas de carbón se encuentran ubicadas en el este de Alemania, precisamente la región donde la extrema derecha de Alternativa para Alemania (AfD) es electoralmente más fuerte y donde más temor causa la previsible pérdida de unos 20.000 puestos de trabajo que dependen del sector del carbón. Sin energía nuclear y sin carbón, la idea ahora es que hasta 2038 las energías renovables, que ya representan en Alemania cerca de un 36% de la electricidad generada, hayan alcanzado la cifra el 65%.

El resto de Europa prescinde también dela energía generada a partir de carbón a buena marcha. En Reino Unido, la generación con carbón prácticamente se ha sido sustituida por gas y prevé el cierre total en 2025. Francia, donde la nuclear sigue primando, anunció hace dos años que en 2021 se habrá despedido completamente del carbón. Italia completará su cierre en 2025. Hay todavía 41 regiones que basan su economía total o parcialmente en el carbón en 12 países europeos. El sector del carbón todavía da empleo directo a 240.000 trabajadores: 180.000 en minería, y 60.000 más en centrales eléctricas, a los que habría que sumar los empleos indirectos dependientes de la actividad principal del carbón, que según las instituciones europeas alcanzan los 215.000 trabajadores.

Fuente: ABC.es