Zonas de Bogotá vivieron disturbios este viernes.

Las autoridades de Colombia decretaron este viernes toque de queda en Bogotá y ordenaron el despliegue del Ejército para actuar junto a la policía en labores de seguridad.

Eso después de que el viernes se registraran «saqueos» y «actos vandálicos» en una nueva jornada de protestas tras el «histórico» paro nacional del jueves.

Mientras tanto, el presidente Iván Duque se comprometió a una «conversación nacional» la próxima semana para tratar de aliviar las tensiones.

Toque de queda

Miles de personas se habían reunido en la Plaza Bolívar de Bogotá el viernes temprano luego de un llamado de los líderes de la oposición para renovar las protestas.

«Estamos aquí para seguir protestando contra el gobierno de Duque», dijo la estudiante Katheryn Martinez, de 25 años, quien estaba con su padre Arturo, de 55 años.

Sin embargo, la multitud se dispersó cuando la policía empezó a disparar gases lacrimógenos. Los testigos dijeron que algunos manifestantes se reagruparon en las calles cercanas y continuaron cantando.

De acuerdo con las autoridades de Bogotá, este viernes se reportaron algunos actos vandálicos en algunos sectores de la capital, como resultados de los cuales se vieron afectadas 76 estaciones y 79 autobuses del servicio de transporte conocido como Transmilenio, así como varios supermercados.

«Esta no es una marcha democrática. Aquí lo que tenemos es una minoría de delincuentes que destruye los bienes», afirmó en conferencia de prensa el alcalde de la ciudad, Enrique Peñalosa.

El funcionario indicó que el toque de queda abarcaría las zonas de Bosa, Kennedy y Ciudad Bolívar, desde las 20:00 de este viernes (01:00 UTC del sábado) hasta las 5:00 del sábado.

Más tarde, el presidente Iván Duque anunció que el toque de queda regía para toda la capital desde las 21:00 horas y confirmó el despliegue de los militares en las calles «para garantizar la seguridad en los lugares donde se está viendo perturbada la tranquilidad».

Las autoridades locales ya habían decretado en la mañana una ley seca en toda la ciudad que se extenderá hasta el mediodía del sábado 23 de noviembre.

El toque de queda no impidió que hubiera algunas concentraciones de manifestantes e incluso «cacerolazos» en la capital colombiana.

No obstante, el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, anunció el viernes por la noche que los actos de vandalismo estaban bajo control en Bogotá y que el toque de queda estaba siendo exitoso.

«No hay vandalismo en este momento, el toque de queda se respeta en un 90%», dijo a los periodistas.

Diálogo social

El presidente volvió a hablar públicamente este viernes. Insistió en «rechazar categóricamente cualquier forma de violencia» al tiempo que anunció el fortalecimiento de la presencia de la fuerza pública en las calles.

Además, repitió que «el gobierno cree en el diálogo social» y dijo que la próxima semana impulsará una «conversación nacional que fortalezca la agenda vigente de políticas sociales».

militares
Al tiempo que llamó a una «conversación nacional», Duque desplegó al Ejército.

El presidente habló de «cerrar las brechas sociales», «luchar contra la corrupción con más efectividad» y «construir una paz con legalidad».

«Esta conversación se hará en las regiones con todos los sectores sociales y políticos, utilizará medios electrónicos y mecanismos participativos para todos los colombianos, y buscará tener un cronograma claro».

El gran paro del jueves

Las protestas de este viernes en Colombia estuvieron precedidas por una jornada de manifestaciones el jueves, considerada entre las mayores en los últimos tiempos, que se saldó con al menos tres muertos y más de 250 heridos, según cifras del Departamento de Defensa.

Las marchas fueron convocadas como una iniciativa de los sindicatos para prevenir que el gobierno del presidente Iván Duque ejecute una reforma laboral y de las pensiones que consideran lesiva a los intereses de los trabajadores.

También reclaman más inversión en educación y medidas de protección efectivas para indígenas y líderes sociales, blanco de una ola de asesinatos que se ha cobrado la vida de decenas de ellos desde que Duque llegó al poder, hace 15 meses.

Las organizaciones sociales también exigen al gobierno un mayor compromiso con la implementación del acuerdo de paz con las FARC alcanzado en 2016.

Bogotá
Bogotá volvió a sentir el sonido de los cacerolazos.

A la convocatoria se sumaron numerosos sectores sociales -estudiantes, docentes, indígenas, campesinos, mujeres, grupos opositores, así como defensores de los acuerdos de paz suscritos con la exguerrilla de la FARC.

En la capital, donde la jornada terminó el jueves con un inédito cacerolazo, durante el día se registraron al igual que este viernes, algunos disturbios tanto en zonas del centro como en el noroeste.

Otros se produjeron en Cali, donde el alcalde, Maurice Armitage, decretó el toque de queda en la noche del jueves tras los actos vandálicos registrados en varios puntos de la ciudad.

Antes del paro del jueves, el gobierno implementó de forma previa una serie de medidas que incluyeron el cierre de los pasos fronterizos de Colombia con Venezuela, Brasil, Ecuador y Perú y el acuartelamiento en primer grado (máxima alerta) de las fuerzas militares.

Las protestas tienen lugar poco después una encuesta de la empresa Gallup correspondiente a octubre de 2019 ubicó el nivel de desaprobación de Duque en 69%, mientras que su aprobación era de apenas 26%.

Fuente: BBC Mundo