Santo Domingo (D.N.), República Dominicana.- Este pasado mes de abril, el Fondo Monetario Internacional a través del resumen ejecutivo contenido en el Informe Monitor Fiscal, capítulo I, sobre adaptar las respuestas fiscales de los gobiernos ante esta calamidad mundial del covid19, plantea no solo la recuperación progresiva que están experimentando los Estados, sino, su visión sobre aquellas acciones que deberán ser tomadas en cuenta de cara a la nueva normalidad económica.

Las estadísticas de este organismo revelan que el porcentaje promedio de la deuda pública mundial alcanzó el 97% de PIB en el año 2020, cifra sin precedentes, que se proyecta logrará estabilizarse cerca del 99% el presente año 2021; en un lenguaje no técnico, esto significa que producto de la baja a la tasa de interés en los mercados, el promedio de pago de intereses en términos generales disminuyó, respecto de las economías avanzadas y mercados emergentes.

Al igual que en la República Dominicana, los Bancos Centrales de todo el mundo han reducido la tasa de interés en su política monetaria, comprando bonos y utilizando herramientas de ingeniería financiera, que han permitido se le pueda ofrecer respuesta a la pandemia.

Ante crisis como la que estamos viviendo, un mandato importante es no derrochar los recursos públicos. El gasto priorizado es determinante.

Es responsabilidad de los gobiernos evaluar el comportamiento del gasto público y su inversión periódicamente, exigiendo absoluta transparencia en todas las actividades y transacciones estatales, porque estas acciones son fundamentales para la rendición de cuentas y la reducción de la corrupción pública en nuestros países.

Indudablemente que el financiamiento nunca es suficiente, eso nos dice la experiencia, que esta es una razón muy poderosa para que se preste especial atención a la incertidumbre que generan las perspectivas fiscales. Avanzar en los planes de vacunación procurando controlar la pandemia, disminuiría la necesidad de incrementar el apoyo fiscal y estimularía en gran medida la recaudación de los ingresos.

Es tiempo de colaborar con los buenos planes, los que están encaminados a reducir el malestar social que estamos viviendo, porque retroceder en el endeudamiento aumentaría la quiebra de más empresas y la volatilidad en los precios de las materias primas e insumos de fabricación de las industrias.

Cuidemos nuestras relaciones de cooperación, este es un momento sensible, en el que requerimos del respaldo de nuestros Estados y organismos amigos, ya sea con financiamiento, donaciones en especie o efectivo o la reestructuración de la deuda; solo así será posible implementar las medidas que ofrezcan respuestas fiscales oportunas post pandemia.