Nathaly Tavárez
Santiago, República Dominicana.- Los padres de Eimy Martínez, una niña de seis meses residente en la comunidad María Trinidad Sánchez de Navarrete, municipio de Santiago, piden ayuda a las autoridades para que su hija sea operada del corazón.

María Cristina Martínez, de 21 años, y Carlos Martínez Cabrera, de 28, son los progenitores de la infante, quien padece de una cardiopatía congénita, enfermedad que se basa en una anomalía en el órgano.

Debido al padecimiento hay que anularle el ventrículo derecho (cavidad inferior del corazón), proceso que requiere tres operaciones en total.

Carlos Martínez afirma que la vida de su hija depende de una cirugía que la pareja no puede costear, además de que usa medicamentos que han colocado sus gastos mensuales por encima de los ingresos.

Por su parte, Cristina argumenta que “esta situación ha sido muy difícil, no me esperaba esto” y también pide ayuda al ministro de Turismo, David Collado, y a la primera dama de República Dominicana, Raquel Arbaje.

Descubrimiento de la enfermedad

Los papás acudieron al hospital para hacerle un chequeo de rutina cuando Eimy tenía 13 días de nacida, y en esa ocasión la pediatra que la examinó notó que tenía las manos y los labios rosado y morado, por esa razón les sugirió llevarla a un cardiólogo para saber por qué presentaba esos síntomas.

El doctor Hilario Ramírez le hizo un electrocardiograma y otros procedimientos correspondientes, los cuales determinaron que la niña padece de cardiopatía congénita.

Luego de eso fue hospitalizada en cuidados intensivos durante 18 días en la clínica ambulatoria Corazones del Cibao, teniendo durante su estadía anemia, neumonía, fiebre y paros respiratorios. La bebé estuvo al borde de la muerte, pero se estabilizo luego de que se le realizará un cateterismo cardíaco, proceso en el que se pasa un catéter hacia el lado derecho o izquierdo del músculo.

A causa de la situación, Martínez Cabrera terminó endeudado, teniendo que recurrir al periodista Máximo Gómez, quien subió un video en el que pidió ayuda económica.

Gracias al apoyo recibido, ha podido costear los gastos médicos necesarios, pero comenta que llegará un momento en el que no tendrá recursos para pagar los fármacos de uso continuo que requiere Eimy.

Por ello, cree que para garantizar su vida tendrá que vender sus pertenencias.

Anteriormente, el padre de Eimy trabajaba en la empresa estadounidense VFC, propietaria de la marca de calzados Timberland, pero fue despedido en el año 2020, por lo que en la actualidad se desempeña como vendedor de verduras y de dulces de manera independiente.

“Es muy difícil cuando se necesita dinero para resolver. A veces me acuesto pensando en cómo puedo hacerlo. Me levanto a las tres de la mañana y llego a las ocho de la noche tratando de buscar dinero”, relata Martínez Cabrera.

Para él, pagar un seguro es algo necesario y a la vez difícil, pero hace el esfuerzo porque según sus palabras “ese es el tema de todo ser humano”.

Cuenta que pagaba 2,500 pesos por el servicio, pero actualmente subió a 2,900 pesos y, aunque quisiera cancelarlo porque no puede costearlo, por el trastorno de la niña no puede hacerlo.

La infante debe de ser llevada mensualmente a un cardiólogo pediátrico y a un pediatra, sumando a eso que consume un medicamento que cuesta 3,800 pesos, cantidad que asumen los padres sin ninguna ayuda del seguro.

Una esperanza perdida

Teniendo el apoyo del doctor Ramírez y otras personas, María Cristina y Carlos fueron junto a la niña a la Clínica Corazones Unidos, con la esperanza de que le garantizarían las operaciones necesarias, pero esto no se logró, ya que la fundación estadounidense que cooperaba con el centro médico ya no brinda ayuda a infantes que padecen de enfermedades cardíacas.

Fuente: listindiario.com.od