Cuando se preparaba para las Olimpiadas de Matemática, la joven Miliarys Quiñones Barreto comenzó a notar unos patrones en las fórmulas que se utilizan para calcular el área de regiones complejas. Si usted no trabaja en ingeniería, arquitectura, agrimensura o es experto o experta en matemáticas, con toda probabilidad no entienda bien la magnitud del descubrimiento de esta joven de 16 años, natural de Moca.

Imágenes por Carlos Rivera Giusti

Al descubrir los patrones escondidos en los resultados, la joven se percató de que con una fórmula podía sustituir extensas fórmulas que se utilizan para calcular estos espacios.

“Al estudiar estas figuras con distintos valores, siempre había un patrón y se repetía un número, que era el número pi. Ahí me doy cuenta que debe haber una fórmula porque detrás de estas fórmulas hay un patrón. Lo estudié con distintos tamaños y si eran cinco metros, eso lo sustituía por una variable”, relató como si todo el que la escucha entendiera perfectamente. “Entonces, obtuve una expresión simplificada y esa sería la fórmula y el valor daba el mismo resultado”.

Comenzó a probar su fórmula en distintas formas y, vez tras vez, le funcionaba. Imagine un círculo dentro de un cuadrado. Sacar cuánto mide el espacio que se crea entre las dos figuras puede conllevar varias fórmulas, pero el trabajo de Quiñones Barreto simplifica este proceso a un solo paso.

Pasión por las matemáticas

Quiñones Barreto, estudiante de la escuela Catalina Morales de Flores en Moca, decidió presentar su hallazgo en la Feria de Matemática. Pero a insistencia de sus maestros, primero lo registró en el Departamento de Estado como propiedad intelectual.

El interés de esta joven en las matemáticas comenzó desde joven y se intensificó cuando comenzó a aprender ajedrez, según relató su madre, Carmen M. Barreto, quien es maestra de español. Llegó el punto en el que sus compañeras maestras le regalaban libros de matemática para que su hija los leyera durante las vacaciones escolares. Ya era evidente para Barreto que su hija necesitaba otros retos en esta materia.

“Ella cada vez que encontraba una fórmula me decía ‘mami, ya tengo otra, ya la verifiqué’. Ella hizo la presentación en la escuela y ganó el primer lugar en las olimpiadas del Departamento de Educación”, relató la madre, evidentemente orgullosa. “Ella ama las matemáticas. Su mensaje para año nuevo que lo publicó en las redes el 1 de enero fue ‘2017 quiero más matemáticas’. Así ha sido. Ella explica esto muy bien. Sus compañeros le envían mensajes para que explique algún ejercicio y a ella le gusta enseñar así que no les da el resultado, pero les explica. Siempre le han gustado las matemáticas”.

La joven toma cursos avanzados de matemática a través de la fundación Kinesis, que ayuda a estudiantes a continuar con sus estudios postsecundarios. Ahora, la organización la puso en contacto con un profesor con la esperanza de que pueda publicar su trabajo en una revista especializada.

En busca de un sueño

Su aspiración, relató su madre, es que su fórmula se conozca. Que otros puedan tener acceso a una manera más fácil de hacer las cosas.

“Su sueño es publicarlo. Necesita la evaluación de expertos, prólogo, mucho análisis de otros escritos con autoridad”, dijo Barreto.

Tanto Barreto como el padre de Miliarys, Joseph Quiñones, quien dibuja y es empleado en un supermercado, admitieron que no siempre entendieron el descubrimiento de su hija. Barreto, por ejemplo, dijo que logró entenderlo cuando la acompañó a una presentación en la escuela. Ambos, sin embargo, aseguraron estar orgullosos de su hija mayor.
“Me siento bien orgulloso de ella y que ella siga descubriendo cosas”, dijo el papá.

Quiñones Barreto afirmó que, una vez termine la escuela superior – donde ahora toma hasta dos cursos de matemática avanzada – quiere estudiar biología y genética.

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