Ego, superego, id... ¿selfie?

Por Tomás Chamorro-Premuzic, psicólogo

Si vas a cualquiera de los lugares más lindos del mundo, verás a la gente tomando fotos… de sí misma.

Se podría pensar que es una tendencia nueva. La palabra que la denomina, selfie, fue aceptada por el Oxford English Dictionary en 2013 y rápidamente se convirtió en la palabra del año.

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En el diccionario de la Real Academia Española aparece como selfi, con autofoto como significado.

Sin embargo, los selfies son tan antiguos como la fotografía misma: el primero fue tomado por un estadounidense llamado Robert Cornelius en 1839.

Selfie de R. Cornelius en dibujo
Muchos creen que el primer selfie fue tomado en 2003, cuando fueron introducidas las cámaras frontales, pero el pionero Cornelius se había tomado uno 164 años antes.

Pero ¿por qué usamos ese milagroso invento que es la fotografía para captar imágenes de algo que podemos ver todas las mañanas en el espejo del baño?

Es raro.

¿Y quién mejor para explicar las peculiaridades humanas que Sigmund Freud?

Yo me amo, tú me amas…

Freud, el padre del psicoanálisis, popularizó varias ideas, como el ego, el inconsciente y aquello de hablar con un terapeuta.

Una de esas ideas es la del narcisismo, o el amor desproporcionado hacia uno mismo.

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Narciso mirándose dibujo
Narciso se enamoró de su imagen.

En la mitología griega, un joven llamado Narciso vio su reflejo en el agua y pasó tanto tiempo admirando su belleza que se aisló del resto del mundo.

Finalmente se ahogó al tratar de abrazar su imagen.

Freud pensaba que un poco de autoestima es parte natural de los seres humanos.

Pero que se puede tornar en un desorden psicológico cuando la persona se ama a sí misma hasta el punto de excluir a todos los demás.

Pareja con espejos frente a sus caras dibujo
Es bueno quererse, pero no tanto.

Y eso es a lo que usualmente nos referimos cuando hablamos de narcisismo.

A prueba

Los psicólogos han desarrollado pruebas para medir rasgos de personalidad como el narcisismo.

Algunos de los resultados no sorprenden:

  • los narcisistas tienden a ser más activos en las redes sociales
  • publicar selfies está fuertemente vinculado al narcisismo…

… pero sólo en el caso de los hombres.

Hombre en selfie, dibujo
Sí: los hombres tienden a ser más narcisistas que las mujeres.
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Las mujeres tienden a ser menos narcisistas que los hombres, a pesar de que son ellas las que publican más selfies.

Por otro lado, la psicóloga estadounidense Jean Twenge demostró que el narcisismo está en alza: en las últimas décadas ha aumentado al mismo ritmo que la obesidad.

En el diván

La mayoría de las ideas de Freud se derivaban de sus observaciones cotidianas, de manera que toda la información que es posible conseguir hoy en día le habría interesado enormemente.

Y le habría servido para analizar el fenómeno del selfie.

Habría notado, al igual que los psicólogos de este siglo, que muchas personas publican selfies no porque estén enamoradas de sí mismas, sino porque quieren ser adoradas por los demás.

Chica tomándose un selfie con manos aplaudiendo dibujo.
Muchas mujeres que se toman muchos selfies no es que estén enamoradas de sí mismas sino que ansían atención.

Para Freud, esa necesidad de aprobación le habría parecido neurótica o histérica.

Llamar la atención

Recordemos que el psicoanalista empezó sus investigaciones a finales del siglo XIX, una época de represión sexual más profunda que la nuestra.

Las mujeres y los hombres se mantenían estrictamente separados y aprendían a avergonzarse de sentirse sexy.

Muchas de las pacientes de Freud de la alta sociedad de Viena sufrían de «parálisis histérica», una incapacidad de caminar sin causa física.

Mujer aterrada dibujo
Histeria, hasta ya entrado el siglo XX, era una enfermedad (inventada) que afectaba sólo a las mujeres y sus síntomas incluían insomnio, irritabilidad, nerviosismo, infelicidad, desobediencia e impertinencia, de acuerdo con los médicos.

Freud pensaba que esas mujeres, sin saberlo, estaban negándose la movilidad porque querían llamar la atención.

De manera que, si necesitamos tanto que nos presten atención hasta llegar al punto de paralizarnos si no la tenemos, ¿no es mejor publicar unos cuantos selfies?

Quizás sí, pero eso no significa que no haya algo malsano en esa obsesión, no sólo por lo que dice de la gente que se los toma, sino también por cómo afecta a los demás.

Normalmente infelices

Los selfies muestran a la gente en sus mejores momentos, cuidadosamente montados y manipulados.

Así que nos la pasamos invadidos por imágenes de las vidas y cuerpos aparentemente perfectos de otras personas.

Estudios recientes demuestran que nos llenan de envidia y nos hacen sentir aislados, inseguros e inadecuados.

En palabras de Freud, nos vuelven más neuróticos.

Chico con teléfono infeliz dibujo
Al parecer, causan infelicidad.

Freud dijo:

«El objetivo del psicoanálisis es aliviar a las personas de su infelicidad neurótica para que puedan ser normalmente infelices«.

Así que la próxima vez que apuntes tu cámara hacia ti mismo, recuerda a Narciso y enfócate más bien en tus amigos.

Quizás no tengas tantos «Me gusta» pero puedes contar con el de Freud.

Freud
¡Bien hecho!

Fuente: BBC Mundo