El necesario encuentro dialogal, fruto de la relación fe y cultura

Por el P. Manuel Antonio Garcia Salcedo (1 de junio del 2015)

Un diálogo renovado entre fe y cultura =  un diálogo respetuoso y enriquecedor

Estas dos frases que las veo de igual calibre, son nociones clarisimas para la convivencia entre fe cristiana y nuevas religiosidades.

Este es un escrito fantástico, con unas coordenadas muy claras para trazar un mapa de ruta con los objetivo del diálogo ¿por qué?¿con quién?, ¿cómo?, ¿sobre qué temas ?, ¿dónde dialogamos?

Lo que realmente pretendía encontrar con esta licenciatura en diálogo ecuménico, interreligioso y cultural al fin lo comienzo a encontrar.

A las demás asignaturas les hace falta este enfoque de una metodología del dialogo teológico. 

Del mismo modo, el cristianismo no puede ignorar las aportaciones de la cultura y cobijarse en una supuesta identidad que, de hecho, es una adaptación realizada siglos atrás.

Creo que este es un párrafo fundamental para dar la cara a fundamentalismos sin lugar a duda fanáticos que encontramos dentro de la misma Iglesia Católica. Hice el sombreado ante una actitud que es muy dificil de digerir por un sacerdote, que es encontrar expresiones como: yo tengo 30 anos organizando todo en esta parroquia, soy la persona que sabe como se hacen las cosas aca, y otras parecidas por parte de los mismos fieles. No se ve la necesidad de apertura, cambio y formacion.

No se nos ensena a los católicos y mucho menos a los sacerdotes a dialogar, que no es sacrificar la propia fe o identidad como dice el anterior párrafo citado, sino un encuentro cara a cara, tal como somos, y comenzar a construir desde una cultura del encuentro, y el cara a cara tiene como finalidad descubrir que el otro necesita, que le puedo aportar, como le puedo dar mayor plenitud a su existencia.

La relación entre fe y cultura encuentra un punto clave en la apertura a la trascendencia que cada vez se hace marcada en todos los ambientes. Se está perfilando cada vez mas un ser humano abierto al misterio.   

Un cristianismo receloso de la pérdida de privilegios… esta expresión veo que está en el contexto de la realidad inmovil, pero no de otros países en que la Iglesia ha aprendido, despues de siglo de maridaje con sistemas incluso opresores, a bastarse a si misma, y sin complejos, con una opcion valiente de anunciar claramente el nombre de Jesucristo. Parece como si diera verguenza en algunos paises anunciar publicamente a Jesucristo, a la Iglesia y la Buena Noticia. 

Lo existencial no debe ser suplantado por lo conceptual, razon por la cual la sociedad rechaza un fe cristiana solamente teoricamente o sociologica.

Veo como una oportunidad de oro esta situación actual de posmodernidad. Ocasión propicia para el diálogo.

Los otros no son nuestros adversarios. Primera actitud del diálogo y en este caso teológico.

En los ambientes latinoamericanos ya hace décadas de décadas que la Iglesia no tiene una postura hegemónica. Incluso desde el siglo XIX se cambio la expresión cristianismo de profunda connotacion historica  como sistema de pensamiento, y en el marco del Vaticano II, se utiliza la expresión fe cristiana. Los ismos suenan en nuestro continente como sistemas absolutistas e impositivos.