Por Miguel Collado*

Desde el mes de julio de 1993 —cuando fue anunciada la formación de un gremio de escritores en el marco de la celebración del I Congreso Crítico de Literatura Dominicana— han sido muchos los esfuerzos realizados en ese sentido. Ha sido un sueño anhelado desde hace décadas por la comunidad de escritores dominicanos.

Y es precisamente respondiendo a ese anhelo que el 21 de octubre del presente año que un grupo de escritores —motivados por el brillante intelectual Efraim Castillo— decidimos convertir ese sueño en realidad: de ahí nació la Asociación Dominicana de Escritores (ASODE), entidad sin ánimo de lucro que es el resultado del trabajo tesonero de un equipo que  se ha propuesto asumir la responsabilidad gremial en beneficio de todos los autores dominicanos, tomando en cuenta a los que residen en la Isla y a los que viven fuera de ella; tomando en cuenta, además, todos los géneros literarios: tanto los de ficción como los de no ficción.

Ese equipo está integrado por las siguientes personalidades de  las letras dominicanas: el bibliógrafo Miguel Collado, presidente; el narrador y dramaturgo Efraím Castillo, vicepresidente; el poeta y académico Julio Cuevas, secretaria general; y la dramaturga y cuentista Elizabeth Ovalle, tesorera. Son vocales: la ensayista y poeta Carmen Pérez Valerio; el ensayista Nolberto Soto; la poeta y gestora cultural María Ortiz Vásquez; la poeta y cuentista Ysabel Florentino Romero; y el ensayista y sociólogo Víctor Ruiz Burgos.

Entre   los objetivos perseguidos por ASODE, y que justifican su creación, citamos los siguientes: fomentar la solidaridad entre los escritores dominicanos sin importar dónde residan y obviando las diferencias; defender los derechos autorales de los mismos sobre sus creaciones literarias en todos los géneros; y promover la producción literaria dominicana tanto en el ámbito nacional como internacional.

Es decir, los directivos de ASODE tenemos bien definidas y claras las ideas sobre lo que hay que hacer en favor de los escritores y de la profesionalización del quehacer literario en la República Dominicana. Es importante consignar que ASODE no será una entidad que solo contará con su equipo directivo, sino con una membresía que habrá de ser la columna fundamental; una membresía integrada por delegaciones provinciales y filiales en los países donde residan escritores; ASODE es una organización inclusiva, por lo que evitaremos que ningún trabajador de la literatura se sienta excluido ya sea por razones políticas o religioso, pues eso no se corresponde con la naturaleza de un gremio profesional.

Para lo que habrá de ser un Plan Operativo Anual (POA) ya ASODE tiene elaborada una interesante lista de tareas. Ese plan servirá de faro para no naufragar en ese turbulento y apasionado mar que sabemos es el mundo literario dominicano, donde son muchos los que nos han manifestado su apoyo públicamente. Pasan de 100 los escritores dominicanos que públicamente, a través de las redes sociales y desde distintos países y desde distintas provincias, han declarado su apoyo a este sueño en construcción que es ASODE. Y eso nos sirve de estímulo y, a la vez, nos compromete.

Algunas de esas tareas ya han sido sugeridas por varios de los intelectuales que forman parte del Comité de Asesores de ASODE, entre ellos Frank Moya Pons, Soledad Álvarez, Luis Scheker Ortiz, Franklin Gutiérrez, Erasmo Lara y Gerardo Roa. A continuación, citamos algunos de los proyectos que estarán contemplados en dicho POA:

  • Organizar el II Congreso Crítico de Literatura. El primero fue celebrado del 23 al 25 de julio de 1993.
  • Editar una revista literaria que recoja información actualizada sobre la producción bibliográfica dominicana tanto dentro como fuera del país.
  • Crear una Escuela de Escritores en la que se impartan cursos y talleres de escritura creativa en todos los géneros literarios y se realicen actividades de capacitación orientadas a mejorar la formación cultural y el dominio de la lengua de jóvenes escritores.
  • Procurar que la Ley No. 502-08, del Libro y Bibliotecas, sea modificada para que los autores puedan disfrutar nuevamente de la exención fiscal consignada en la misma por el período 2008-20018.
  • Insistir en la necesidad de crear toda una red de bibliotecas municipales, escolares y barriales como soporte esencia del sistema educativo nacional y de cualquier programa orientado a incentivar el hábito de la lectura no tan solo en la población estudiantil, sino en toda la población.
  • Implementar un programa editorial con un fondo especial que ofrezca facilidades a los escritores asociados para la publicación de sus obras.
  • Estructurar en lo inmediato las delegaciones provinciales a nivel nacional y las filiales en el exterior como parte de una política de extensión orientada a lograr la integración de los escritores dominicanos sin importar el lugar donde residan.
  • Realizar ciclos de conferencias mensuales para analizar la literatura dominicana producida en la Isla y fuera de ella.
  • Establecer vínculos con organizaciones extranjeras de la misma naturaleza de ASODE, especialmente en el Caribe hispano.
  • Proponer a la Academia Sueca un candidato dominicano para el Premio Nobel de Literatura, para lo cual ASODE procuraría coordinar acciones en ese sentido con la Academia Dominicana de la Lengua y con la Asociación Dominicana de Universidades (ADOU).

¿Una escuela de escritores?, se preguntarán algunos.  Pues sí. Tal como hace 34 años la creara la Sociedad General de Escritores de México (SOGEM), gremio fundado hace 45 años en el país azteca. Es que con la habilidad y el talento para escribir se nace y en adición a eso se puede poseer la pasión por la creación literaria, elementos que podrían definir lo que es la vocación literaria. Ahora bien, esa habilidad, ese talento y esa pasión pueden perfeccionarse mediante acciones formativas encaminadas a mejorar el uso de la gramática normativa de la lengua en que se escribe, procurando encontrar el estilo literario adecuado.

Y es en ese sentido que debemos resaltar la importancia de la escuela de escritores, no entendiéndola como si fuera una fábrica de escritores, sino como un espacio didáctico de apoyo a ese proceso de perfeccionamiento en el quehacer literario dirigido básicamente a escritores nóveles, es decir, aquellos escritores que apenas empiezan a escribir o que tienen poca experiencia haciéndolo.

Ahora bien, la máxima aspiración de quienes dirigimos la Asociación Dominicana de Escritores (ASODE) es la de convertirnos en la  voz capaz de representar institucionalmente a la comunidad intelectual dominicana dentro y fuera del Isla. Por eso los fundadores de esa entidad literaria y cultural no pretendemos competir por los espacios culturales, sino compartirlos, por lo que estamos abiertos a firmar acuerdos de cooperación interinstitucional con organizaciones similares existentes en el país o fuera de él. En esas palabras implícito está el espíritu de armonía, de unidad, que nos anima a todos.

Y siguiendo esa misma línea de pensamiento, concluimos recordando las sabias palabras del inmenso poeta Freddy Gatón Arce al pronunciar el discurso de clausura en el citado congreso crítico de literatura: «…mi deseo es, y es mi esperanza, que nosotros continuemos unidos en nuestras diferencias…». Y con esta conciencia sobre la importancia de la unidad de los escritores dominicanos es que ha nacido la ASOCACION DOMINICANA DE ESCRITORES (ASODE).

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*Presidente de la Asociación Dominicana de Escritores (ASODE) y del Centro Dominicano de Investigaciones Bibliográficas, Inc. (CEDIBIL).