OTTO OSCAR MILANESE: UN ESCRITOR SILENCIOSO, PERO FIRME Y CONSTANTE

En la literatura dominicana actual existen creadores, dentro y fuera de la Isla, cuya obra poética va en crecimiento desde la perspectiva estética, caracterizada por una límpida calidad literaria y atravesada por un lirismo tan puro que emociona y convoca al deleite más exquisito. Me acontece a mi cuando leo los poemas del escritor azuano Otto Oscar Milanese, quien ha venido a colocarme, como lector de su obra desde los tempranos años 80, en una posición compleja: ¿me quedo con el brillante cuentista o me quedo con el brillante poeta que también es? Me quedo con los dos: me deleitan e impactan sus cuentos y su poesía también.

RUMORES
Otto Oscar Milanese
Bebe mi corazón del viento que me arrastra,
todo lo que es de hombre, es sangre de mis luchas,
todo lo que es amor, es carne de mi afán;
en la pira del ser, yo mis instantes quemo,
el amor que me amó, no puede volverme amar.
Yo soy como la sombra transeúnte y solitaria,
que todos sus incendios anónimante soportó,
para poder entregarte la luz que te da vida,
y recordarte con mi sombra que también existe el sol.
Todo lo que es humano es fuego de mi afán,
los dogmas y las costumbres
no transitan mi conciencia,
las sombras de mis dóctrinas
se me volvieron amor.
Porque alcancé mi estatura reducida de sueños,
negandome a la voz del engaño
que pretendió amamantar lo que soy,
ignorando que soy la voz del viento que me lleva,
para tener justamente lo innombrado,
ardores de tardes para un crepúsculo de alma,
recuentos de días que se burlan de la piel.
Así son los rumores de esta existencia cotidiana,
mi cara es el sudor del sol que alumbra el camino,
para que todo lo de mí se sume a un transcurrir.