¿Qué tiene de diferente el cerebro de un futbolista frente a otros deportistas?

Cada cuatro años, el Mundial de Fútbol acapara la atención de gran parte de la población del planeta.

Aunque para muchos otros, el fútbol no es más que un simple juego en el que 22 jugadores corren detrás de una pelota.

Pero pese a los diversos gustos deportivos, hay algo que no pasa desapercibido: la habilidad que tienen los futbolistas para usar sus pies.

Esa capacidad se diferencia de jugadores de otros deportes en los cuales las manos están más presentes.

Pero esa habilidad, ¿hace que el cerebro de los futbolistas sea distinto?

Algunos científicos opinan que sí, aunque otros especialistas en al área aseguran que no hay nada de «brillante» en el cerebro de los jugadores de fútbol.

Manos sobrerrepresentadas

Mohamed Salah, de Egipto.
La habilidad que tienen los futbolistas para usar sus pies no la tiene otro deportista.

Dentro de la corteza cerebral hay regiones que son sensoriales y motoras. Estas últimas controlan la musculatura del cuerpo. Pero la distribución no es equitativa.

«Las manos están sobrerrepresentadas, hay muchas neuronas que controlan las manos tanto en el lado sensorial como en lado motor. Pero los pies están usualmente poco representados, hay pocas neuronas que controlan la actividad de los pies«, explica Jeffrey Holt, neurólogo y profesor de la Escuela de Medicina de Harvard.

Por eso, para Holt, el fútbol es una «exhibición triunfal» de la increíble plasticidad del cerebro humano.

«Creo que en el caso de los jugadores de fútbol, que se enfocan casi por completo en el uso de sus pies, probablemente tengan más neuronas que controlan los pies que una persona normal», le dice a BBC Mundo.

Aparte de su experiencia como neurólogo, Holt respalda su teoría con un estudio de un grupo de científicos italianos en 2009 que, por medio del uso de imagen por resonancia magnética (IRM) de los cerebros de los participantes, concluyó que el entrenamiento extensivo del pie causó una reorganización en la corteza sensoriomotora.

Lieke Martens.
La holandesa Lieke Martens es considerada una de las mejores futbolistas del mundo.

Otro estudio de 2005 monitoreó la actividad eléctrica en el cerebro de jugadores de fútbol y la comparó con quienes no practican el deporte.

Los resultados indicaron que hubo cambios plásticos en la corteza cerebral de los jugadores de fútbol con respuestas eléctricas mayores y rápidas asociadas con las tareas de las extremidades inferiores, mientras que no hubo diferencia entre los dos grupos al realizar las tareas de las extremidades superiores.

Nada extraordinario

No todos creen que estas diferencias en el cerebro de los jugadores de fútbol sea algo sorprendente.

«Está claro que cuando nacemos el programa estándar genético de desarrollo del cerebro está mucho más predispuesto y fortalecido para que cuando seamos adultos manejemos las manos más que los pies», dice Estanislao Bachrach, doctor en biología molecular con una maestría en coaching deportivo y alto rendimiento.

«Que los futbolistas practiquen el deporte desde muy chicos y entrenen habla de la gran plasticidad, que ya todos sabemos, tiene el cerebro. Aunque no lo veo como algo increíblemente diferente o sorprendente. No me parece que los futbolistas sean brillantes por tener esto distinto«, le cuenta a BBC Mundo.

¿Se nace o se hace?

Ronaldo y Messi.
Los especialistas opinan que en el caso de Ronaldo y Messi hay una combinación entre herencia y aprendizaje.

El éxito de Lionel Messi o de Cristiano Ronaldo no es algo que le suceda a todos los futbolistas.

«Estoy seguro de que hay algo de genética y algunas características hereditarias con las que cuentan y eso probablemente les dé una ventaja en el comienzo», opina el neurólogo Holt que trabaja en el Hospital de Niños de Boston, Estados Unidos.

«Pero estoy seguro de que su experiencia y su extenso entrenamiento colaboraron en la modificación del cerebro para convertirlos en jugadores de fútbol mucho más habilidosos», añade.

Algo parecido piensa Bachrach.

«En ciencia hablamos de talento y de habilidad», dice.

«Hay personas que nacen con ciertos talentos para distintas actividades como el fútbol. Y otras no nacen con talento pero tienen la habilidad intrínseca, los recursos internos en el cerebro para fortalecer esas habilidades», asegura.

Para Marcial Pérez, ingeniero químico y especialista en Neurociencia del Comportamiento, para que un jugador de fútbol sea exitoso debe tener desarrolladas sus funciones ejecutivas, como por ejemplo, «excelentes atención espacial, atención dividida, memoria de trabajo, anticipación visual, reconocimiento de patrones, de probabilidades de situaciones y toma de decisiones».

Pero «los que llegan lejos tienen también una gran capacidad de gestión emocional«, afirma a BBC Mundo.

¿Cómo se modifica el cerebro?

Imagen de una pelota como si fuese el cerebro de una persona.
El fútbol es una «exhibición triunfal» de la increíble plasticidad del cerebro humano, opina el neurólogo Jeffrey Holt.

Cuando más temprano, mejor. Aunque no hay una receta ni garantía de éxito, opinan los especialistas.

«El cerebro tiende a ser más plástico y más propenso a aprender habilidades en una etapa temprana. Pero esto no significa que no podemos aprender como adultos, aunque tal vez no seamos tan rápidos al obtener resultados exitosos», sostiene Holt.

Y la clave está en «creer, querer y practicar», señala Bachrach, que es autor de varios libros sobre el funcionamiento del cerebro.

«Con años de entrenamiento, pasión y determinación uno nunca sabe a dónde puede llegar el potencial del cerebro. Siempre es mucho más de lo que creemos y sobre todo lo que creen nuestros padres y nuestros maestros», afirma.

«Es un proceso de continuo crecimiento, no hay edad, no hay límite y es posible pero no hay es garantía de éxito ni de ser extraordinario», describe.

«Claramente, se trata de una combinación de herencia y aprendizajes, no cualquiera puede ser Messi, pero al menos puede dedicarse con perseverancia para indagar cuál es su potencial», coincide el ingeniero Pérez.

Fuente: BBC Mundo