Bruselas es la capital, la ciudad más grande de Bélgica, la principal sede administrativa de la Unión Europea (UE), de la Región Flamenca y de las comunidades flamenca y francesa de Bélgica.

Como capital del Estado, Bruselas es la sede del gobierno y el Parlamento. Alberga también el Castillo de Laeken, la residencia de Su Majestad el rey Felipe de Bélgica y la familia real belga.

¿Qué ver y visitar el Bruselas?

¿Qué decir de La Grand Place, declarada patrimonio mundial por la UNESCO y, según muchos, una de las más bellas del mundo. Victor Hugo, que vivió aquí en su exilio en Bélgica, la eleva a categoría de milagro: “El Ayuntamiento de Bruselas es una joya, una fantasía soñada por un poeta y realizada por un arquitecto, y la plaza que la rodea, un milagro”.

Hay que pararse un buen rato a admirar cada detalle del ayuntamiento (a su lado está la oficina de turismo), la Maison du Roi y las casas de los gremios. Y a ver gente de todo el mundo cruzándola a cada instante.

También es recomendable entrar a visitar el Musée de la Ville de Bruxelles – el Museo de la Ciudad de Bruselas – para ver, entre otras cosas, los más de 700 trajes del Manneken Pis, obsequios de gobiernos, equipos deportivos, diseñadores, etc. de todo el mundo. Algunos son realmente curiosos.

Sí, es extraño pero cierto: una estatua de un niño orinando de unos 50 cm de altura es uno de los símbolos más conocidos y queridos de la capital de Bélgica. Se trata del Manneken Pis, que sigue a dos pasos de la Grand Place desde el siglo XV y está rodeado en cada momento por miles de turistas. ¿Cuántos selfies se harán cada día con él?

Mucho más modernos son los “amigos meones” del Manneken Pis: Jeanneke Pis, su versión femenina de los años ‘80, y el Zinneke Pis, su versión canina de los años ´90. Las estatuas de niña y el perro haciendo pis no están cerca del Manneken Pis.

Las Galerías Reales de San Huberto, inauguradas en 1847, se consideran las más antiguas de Europa que se han mantenido en su estado original. Entre otras tiendas, aquí está la primera de Neuhaus, el inventor de los bombones.

Además de la Grand Place, el Manneken Pis y las Galerías de San Huberto, otros de los monumentos que no pueden faltar en una primera visita a Bruselas son: la catedral de Bruselas –catedral de San Miguel y Santa Gúdula, en francés: cathédrale Saints Michel et Gudule, con sus impresionantes vidrieras del siglo XVI y la iglesia barroca de San Juan Bautista – église Saint-Jean-Baptiste au Béguinage, en la place du Béguinage.

Desde la Place de l’Albertine se sube al Mont des Arts, literalmente: Monte de las Artes, hasta llegar a la –Place Royal- la Plaza Real de Bruselas, donde se encuentran el Palacio Real y el Parlamento. En el camino, además del precioso jardín del Mont des Arts y las vistas panorámicas del centro de Bruselas, se encuentran los museos más importantes de la ciudad. En particular, el Museo de instrumentos musicales y los Reales Museos de las Artes, que incluyen, entre otros, el Museo Magritte y el Museo “Old Masters”, con algunas de las más conocidas obras de los primitivos flamencos. La cantidad de museos de la capital belga hace que sea difícil decidir… pero pocas veces te equivocarás.

El otro gran símbolo de la ciudad: el Atomium. El Atomium significa para Bruselas lo mismo que la Torre Eiffel para París. Son símbolos que, creados para sorprender al mundo durante la exposición universal de cada ciudad y criticados en un primer momento, se han convertido en el mayor atractivo turístico de cada capital.

Atomium
Atomium de Bruselas

El Atomium fue el pabellón principal y el símbolo de la Exposición Universal de Bruselas de 1958.

Arquitectura

El diseño del Atomium fue obra de André Waterkeyn y representa un átomo de hierro ampliado 165.000 millones de veces. La estructura tiene 102 metros de altura y está formada por 9 esferas de 18 metros de diámetro comunicadas entre sí por tubos con escaleras mecánicas.

Interior

En el interior de las esferas hay exposiciones de carácter tanto permanente como temporal. Entre las exposiciones permanentes merece la pena destacar la que se refiere a la propia Exposición de 1958, en la que se incluyen todo tipo de documentos gráficos y multimedia. En la esfera superior hay un restaurante.

Sí, en pocos kilómetros se recorren el centro monumental, un barrio popular, uno étnico y uno con tiendas de lujo: ¡así es Bruselas!

Un consejo: si no tienes suficiente tiempo no intentes verlo todo, lleva más tiempo de lo que puedas imaginar. Coge los mapas de las rutas en la oficina de turismo y elige lo que más te guste.