El cruento y prematuro martirio del mayor en edad de todos los Apóstoles nos vincula a los sufrimientos y muerte de Cristo. Santiago el Mayor nos llama a ser servidor de los demás para encontrar la plena realización en nuestra vida.
Beber del Cáliz del Señor es comprometerse de forma honesta y sin beneficio alguno en la transformación para bien de todos de las estructuras sociales, los acuerdos políticos y las instituciones culturales.
Los primeros puestos, los reconocimientos, el afán de triunfo y el dominio de todas las instancias por el poder no conducen al Cielo. Los padres de familia que enseñan metas ambiciosas a sus hijos y los presionan para ello son los que han hecho tan flaco y deficiente trabajo a esta sociedad.
Nuestra familia, profesión y posesiones han de dar un giro a la experiencia misma del hermano de San Juan Apóstol junto a San Pedro tal como ocurrió con la hija de Jairo, en el Monte de la Transfiguración y en el Getsemaní con Cristo que por sus Sacramentos RESUCITA a los muertos, nos hace participar de su GLORIA y a la vez PERDONA nuestras debilidades, traiciones y pecados.
Aprender del hijo mayor de los Zebedeos a entregarnos hasta dar la vida por la Iglesia como él lo hizo.
