Basta ya.  No Más Sangre

Por WALKIRIA CAAMAÑO

En los últimos meses continúa siendo alarmante la cantidad de mujeres asesinadas a manos de quien supuestamente les ama. Esto continúa pasando frente a nosotros, en nuestras caras.

Al 11 de Julio 2017 ya eran 49 las mujeres ultimadas a manos de sus compañeros sentimentales.  Estamos hablando de unas cuatro mujeres por mes. En promedio, una mujer semanalmente está siendo asesinada.  Según la Oficina Nacional de Estadística, a noviembre del 2016 República Dominicana  ocupaba el 3er lugar en Latinoamérica y el Caribe en feminicidios.

Se han creado instituciones y políticas, se han tomado medidas y aun así seguimos viendo estos terribles acontecimientos. Se hace urgente y necesario realizar una revisión y adecuación de las políticas públicas creadas para enfrentar este problema.

Vale preguntarnos:  ¿qué está moviendo a estos hombres, que continuan incrementando  el número de muertes femeninas, a tomar tan fatídica decisión?

¿Será que hemos  educado y empoderado asertivamente a una
nueva generación de mujeres para ser independientes, profesionales, valerse por sí mismas, tomar sus propias decisiones, pero no hemos hecho lo propio para concienciar esa misma generación de hombres?

¿Será que mientras las mujeres van avanzando a una nueva condición de abrirse paso en las universidades, en el mundo laboral, algunos hombres han quedado atrapados en la antigua concepción de lo que «debería ser el rol de la mujer», circunscrito a un espacio, una tarea y una obediencia «determinada».

¿Será que hemos olvidado que a los hombres también debemos concienciarles en el rol, la importancia, el crecimiento, la inclusión, el empoderamiento y los derechos de la mujer de hoy?

Sí, somos diferentes y ahí radica la riqueza de ser compañeros (sentimentales, laborales, estudiantiles o de vida) distintos por genética pero iguales en derechos y deberes.

Es momento de que tomemos acciones conjuntas, al unísono, sin descanso y sin pausa. Debemos avocarnos todos como sociedad, incluyendo líderes comunitarios, religiosos, estudiantiles, medios de comunicación, sector privado e instituciones públicas.

Se requiere un plan nacional con objetivos claros que promueva la disminución y pronta desaparición de los feminicidios en la República Dominicana. Es contradictorio que como país se reporte anualmente uno de los índices más altos de crecimiento económico en la región y a la vez tengamos noticias como estas casi a diario en nuestros medios.

Lo que nos  queda por delante no es para el corazón débil, tímido o temeroso. Requiere ponerse la armadura del coraje, la tenacidad y el amor.  La lucha entre el bien y el mal, la justicia y la injusticia, la luz y la oscuridad requiere decisión y constancia.

El cambio y el avance requieren de un batallón de hombres y mujeres alineados y convencidos de que las cosas no se dejan pasar. Se toma el control y se hace algo al respecto. Punto. Basta ya de que nuestras mujeres sean asesinadas. Basta ya.  Es una decisión de todos. Tomémosla.