Santo Domingo (D.N.), República Dominicana.- El economista Faustino Collado, candidato a Rector de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) en las próximas elecciones a celebrarse en junio, afirmó que  en dicho centro académico «la corrupción, el tráfico de influencias y privilegios odiosos, así como la vagancia, son rémoras que han surgido y permanecido por el silencio de muchos».

El destacado académico también denunció, en declaraciones a este medio, que «la complicidad por omisión ha sido un extra» y que «la impunidad es una ahijada del clientelismo donde medra la mediocridad y las bajas pasiones.»

Agregó, además, que toda esa corrupción se manifiesta de mil y una formas y que se podría describir como «páginas del tiguerajeuasdiano». «El afán de acumulación a costa del erario se ha apoderado de un grupo que hay que apartar de toda función pública», señaló.

Faustino Collado dijo que, de resultar electo Rector de la UASD, lo primero que haría sería «intervenir todas las llamadas empresas productivas de la universidad, unas por costosas e ineficientes, otras por ser medios de indelicadezas y prácticas antiéticas.»Y añadió: «Las declararía en emergencia, serían auditadas  y sería implementado un plan de rescate financiero para hacer rentables esas empresas, que son del pueblo dominicano».

Como parte de lo que sería el programa de su gestión 2018-2022 Collado indicó: «Las áreas de servicios —que no deben ser consideradas empresas, como es la del Comedor— serán también saneadas y para eso habrá una Comisión de Auditoría Social que vigilará las compras y uso de bienes.»

Ese programa, dijo, contempla «el sanearemos de la Planta Física, aplicando un nuevo esquema de mantenimiento, formando equipos por edificio;  así como la realización de una auditoria del personal docente y administrativo para que nadie cobre sin realizar una labor y sin justificar con resultados cualquier ingreso».

Exhortó a los uasdianos preocupados por el futuro de la UASD a que se unan a su «compromiso por el cambio del modelo decadente y las malas prácticas administrativas en la UAS».

Fuente: Miguel C. Segura