Un hombre justo, descendientes del linaje de David, elegido desde antes de todos los tiempos para ser el Custodio del Salvador recibe el Anuncio del Ángel del Señor en sueños.

Quién nacerá de María Virgen, su prometida, será el Emmanuel esperado. El Dios que siempre estará con nosotros.

Y San José siempre Castísimo honra a María como su Señora. El Niño Dios tendrá un hogar donde el calor, los cuidados, la enseñanza para la vida y el servicio a los demás lo forjarán como un hombre de verdad.

Nadie conoció a Cristo Jesús como sus Inmaculados Padres. Ninguna persona tuvo el privilegio de convivir con él tantos años en familia como ellos dos. Solo los Padres escogidos desde siempre para criar al Hijo de Dios le cuidaron, le alimentaron y lo prepararon para su misión y entrega por nosotros.

El privilegio y la responsabilidad mayúsculas de ser padres y pastores de una Iglesia Doméstica, de una Comunidad Eucarística, de formar a los servidores de una sociedad y una nación.

Elevemos oraciones por todos los adultos que tenemos la responsabilidad de custodiar y no desamparar a los hijos de la Nueva Eva, nuestra Madre, la Virgen María.