DE LA BURBUJA DE LOS TULIPANES AL BITCOIN, RECORDANDO A WARREN BUFFET

En la segunda semana de diciembre de 2017 la Agencia de Prensa Francesa (AFP) realizó una publicación donde dio cuenta de las principales burbujas de la historia, ubicando la primera a principios del siglo XVII específicamente en 1637, momento en que el comercio de Tulipanes en Holanda crecía exponencialmente; pero un día al realizarse una subasta de Tulipanes la demanda colapso haciendo caer su precio y produciéndose el estallido de la burbuja de los Tulipanes.

Mucho tiempo después aparece el boom de la Tecnología japonesa a mediados de los 80’s, la que proyectó a ese país como marca e hizo que el índice bursátil Nikkei triplicara el valor de las acciones durante 1985-89 a la par con el precio del sector inmobiliario, produciéndose posteriormente el estallido de la burbuja inmobiliaria.

Luego llegó la burbuja de los Peluches Beanie Baby a mediados de los 90’s, que hizo disparar su precio de US$5.00 a varios miles ocasionada por la producción y oferta limitada, estimulando y promoviendo el coleccionismo como moda y especulación tan pronto su fabricante, la empresa Ty, dejó de producirla, estalló la burbuja.

Después surge la burbuja Puntocom a finales de los 90’s influenciada por el auge de la Internet y lo que se denominó la nueva economía, aquella que se basa en el conocimiento, logrando las empresas de tecnología alcanzar valores extraordinarios sin importar que no generaran operaciones e ingresos; al final cuando los inversionistas se dieron cuenta que las compañías nunca serian rentables les llegó el colapso con el estallido de la referida burbuja.

Más recientemente en 2008 aparece la crisis de los Subprime que generó dificultades financieras en la comunidad internacional, provocada por el otorgamiento de créditos hipotecarios con altos intereses sin importar la capacidad de pagos, luego los empacaron bajo el producto de la titularización, al llegar el momento del impago por parte de los sujetos de crédito estalló la burbuja.  Cada una de estas burbujas tiene de común denominador que se gestan en un sector o producto en específico.

Ahora que nueva vez el Bitcoin como criptomoneda acapara la atención de importantes medios de comunicación por la subida de su precio antes y a partir de su debut en los contratos de futuros de la Bolsa de Chicago el 11 de diciembre de 2017 que lo ha hecho situar su cotización hasta en US$18,545 la unidad.

Muchos son los analistas que afirman que en algún momento le llegará el tiempo del estallido a la burbuja.  Recordemos que cuando surgió en 2009 su precio era de US$0.0, en 2010 de US$0.39 de manera que solo en 7 años su valor ha crecido en 4,755%, una buena expresión de lo que es una burbuja al presentar esa subida de precios anormal.

Al Bitcoin como producto digital le ha acontecido de todo, bloqueos bancarios, criptomoneda sin valor intrínseco, excepto el respaldo tecnológico, manipulación del mercado, evasión impositiva, lavado de activos, accidentes tecnológicos, altos riesgos, volatilidad, ausencia de regulación, anonimato e ilegalidad, pese a estos factores adversos y reveses su cotización crece.

Pero es el aumento del apetito de los inversionistas que hasta el momento enfoca la demanda del Bitcoin atraído más por el precio que por su rentabilidad a mediano y largo plazo, que la haría libre de la posibilidad de un estallido, tipo impacto de lo improbable del Cisne Negro, que por su condición de burbuja estaría llamada a explotar.

 

Qué enseñanza nos puede dar el más grande inversionista de la historia de los mercados de capitales, el economista estadounidense Warren Buffett, ese que no fue admitido en la escuela de negocios de Harvard alegándole poca edad, pero que luego terminó siendo el alumno privilegiado y aventajado de Benjamín Graham, único en sacarle una A+?

Warren nunca se ha dejado contagiar ni tentar de la euforia de los mercados y por lo tanto de sus peligros, tampoco se aleja de su círculo de confianza, esto pese a quedarse en niveles inferiores de rentabilidad de la cartera de sus acciones.

Buffett en una de sus famosas cartas anuales dirigidas a los inversionistas, la de 1999, donde presagia la crisis denominada Puntocom y no siendo tenedor de acciones de compañías tecnológicas, manifestó en ese momento que el problema es que no tenía idea de qué participantes del sector tecnológico presentan ventajas competitivas duraderas.

En la misma misiva Buffett dice que una de sus fortalezas es saber cuándo se está operando en su círculo de confianza y cuando está cerca del perímetro; pronosticar lo que acontecerá en empresas de rápido crecimiento está lejos de sus intenciones, el que lo pueda hacer validado por el mercado no lo envidiamos, tampoco lo imitaremos, nos vamos a dedicar a lo que entendemos.  Este consejo adquiere mucha validez para aquellos que hoy en dominicana por moda incursionan en operaciones con Bitcoin, sin tener idea de lo que hacen y también solo en búsqueda por fe u olfato que mañana subirá de precio.

Luego Buffett agrega que conscientemente no caerá en posiciones temerarias, tampoco aconseja sustituir la racionalidad por la fe, que sabe que los precios de sus buenos negocios no son atractivos, recordar que se refiere a 1999, que se siente mucho mejor con sus negocios que con las acciones, ni hemos aumentado nuestras posiciones, como tampoco hemos desechado nuestras carteras, agregó Warren.

Ante el dilema que presenta la elección de entre un negocio cuestionable con precio bueno o un buen negocio con precio cuestionable, Buffett prefiere la segunda por mucho y comenta que le llama más la atención un buen negocio a un buen precio.  Mejor consejo que ese para los que incursionan en Bitcoin en dominicana no puede dársele.

El debate acerca de la posibilidad de que el Bitcoin estalle como burbuja no solo es de inversionistas, también lo es de los traders, especialmente como inversión de largo plazo, a la que se le adiciona si es tiempo de comenzar a desapoderarse dado lo difícil que es valorar la criptomoneda correctamente.  Conforme al valor razonable de un Bitcoin se tiene conocimiento de que ronda los US$800.0; aunque algunos lo reducen cuando estos se producen en bloques; de todas formas ese costo da una idea de la brecha que lo separa de la cotización actual al tiempo que refleja especulación.

Como en el país la cultura bursátil e incluso la del mercado de dinero es de élite, no es profusa, no resulta nada despreciable saber que si se incursiona por moda, estar consciente que es efímera, si lo hacen porque subirá de precio, realizarlo solo para posiciones de muy corto plazo, al menos hasta esperar que logre dar frutos de largo plazo; pero sin ser jugador de ese plazo.

Si eres jugador de Bitcoin debes conocer que esta criptomoneda no es divisa, porque no la emite ninguna jurisdicción monetaria soberana, al tiempo que no es referencia de ninguna otra moneda de curso legal, que tampoco es un comodities porque no tiene activo subyacente que la respalde, entonces el Bitcoin es solo un producto digital de anotación en cuenta electrónica que representa valor financiero.

Recordar que mientras quienes dirigen el sistema político/económico de América del Norte no encuentren una forma más segura de preservar su seguridad continuarán promoviendo una regulación internacional más estricta y niveles de cumplimiento mayores, al tiempo de penalidades más severas, de ahí que la reacción de los agentes económicos internacionales los induce a cobijarse en otras sombrillas, como la del Bitcoin, hasta que caiga un rayo que provoca estallido, entonces el punto es saber si entrar a la sombrilla, no siendo profesional o saber salir de ella por olfato o conocimiento, me quedaría con la opción de seguir operando en el círculo de confianza que conozco, como lo sugiere Buffett.