Serie de artículos especializados

Por Liza Collado

Siempre que se evalúan los proyectos se hace en función de las oportunidades opcionales con las que se cuente disponible en los mercados, porque nos permite comparar los beneficios proyectados a una decisión de inversión. Con la inversión púbica ocurre igual, es determinante analizar las técnicas respecto de la medición de rentabilidad sin perder de vista la certidumbre.

Los fundamentos de las matemáticas financieras ponen de manifiesto su utilidad en el estudio de las inversiones,  porque estas basan sus análisis en que el dinero, solo porque transcurre en el tiempo, debe ser remunerado con una alta rentabilidad que el inversionista por el hecho de no recibirla en el presente. Es lo que conocemos como el “el valor del dinero en el tiempo”.

Visto desde esta perspectiva, podría afirmarse que “son las matemáticas financieras las herramientas que consideran la inversión como el menor consumo del presente” y la cuantía que tienen los flujos de caja en el tiempo, como la recuperación que debe incluir esa recompensa. No debemos perder de vista que estos flujos, en el tiempo, necesitan una tasa de interés que represente la equivalencia de dos montos en periodos distintos.

Los especialistas coincidirán en que “los conceptos del valor del dinero en el tiempo” requieren considerar los flujos capitalizados y descontados. En definitiva, la abstención de un consumo presente, espera una recompensa futura.

La medición de la rentabilidad se aprecia cuando los valores actuales proporcionan idéntica base de comparación. Bierman y Smith explican “un dólar recibido ahora es más valioso que un dólar recibido dentro de cinco años, en virtud de las posibilidades de inversión disponibles para ese dólar el día de hoy. Si el dólar es recibido para el consumo, estaré dando más que el valor de un dólar de consumo en el año cinco.”

En nuestros días cualquier calculadora financiera nos permite la aplicación directa de las matemáticas porque incluyen programas financieros de solución incorporada. No obstante, quienes trabajamos proyectos, debemos estar en la capacidad de discutir los fundamentos conceptuales para su correcta aplicación.

Para que la evaluación tenga razón de ser, se obliga a un carácter realista, de esta forma podría compararse el sacrificio del consumo presente con mayores ingresos. Es preciso incorporar las ganancias y las perdidas por inflación que se generan en los flujos de caja, trabajar con ingresos y gastos expresados en moneda constante y como sostiene el asesor de contabilidad financiera del gobierno dominicano, Eduardo Abraham Sogga; “no desconocer la existencia de activos monetarios en la inversión inicial o una fuente de financiamiento con capital ajeno a tasas de interés nominal.”

En tiempos de incertidumbre económica global, es importante que los gobiernos evalúen no solo los proyectos de arrastre, también aquellos con enfoque en la inversión social.