El presidente ejecutivo de la petrolera estatal rusa Rosneft, Igor Sechin, asiste a una reunión del presidente ruso Vladimir Putin y el presidente venezolano Nicolás Maduro (ambos fuera de imagen) en la residencia oficial de Novo-Ogaryovo, fuera de Moscú, el 5 de diciembre de 2018.-

(AFP).-La petrolera estatal rusa Rosneft anunció el sábado el cese de sus actividades en Venezuela, donde el grupo estaba muy presente, a causa de la amenaza de sanciones estadounidenses.

«Rosneft anuncia el fin de sus operaciones en Venezuela y la cesión de sus activos» en el país sudamericano, indicó el comunicado.

El comunicado señala sin embargo que Rosneft ha cerrado un acuerdo con una empresa «controlada en un 100% por el gobierno de la Federación de Rusia para vender todos sus intereses y ceder su participación en sus operaciones venezolanas».

Ello implicaría que el gobierno ruso seguiría siendo un aliado clave de Caracas.

Rosneft había sido sometido en los últimos meses a sanciones y amenazas de Washington a causa de su actividad en Venezuela.

En febrero, el gobierno estadounidense anunció sanciones contra una de sus filiales a causa de su presencia en ese país.

Citado por la agencia de prensa Ria Novosti, el portavoz de Rosneft, Mijail Leontiev, afirmó que la empresa había «cumplido con sus obligaciones y tiene el derecho ahora de esperar» el levantamiento de las sanciones en su contra.

Rusia y Venezuela habían acordado en agosto pasado desarrollar la explotación de dos yacimientos de gas en el Caribe, ante las costas del estado de Sucre (este). Las inversiones de Rosneft en Venezuela las dirigía personalmente su patrón, Igor Sechin, muy cercano a Vladimir Putin.

Rusia es, junto a China y Cuba, uno de los principales apoyos del socialista Nicolás Maduro.

Moscú es el segundo acreedor de Caracas y una parte de la deuda venezolana es reembolsada en hidrocarburos, según acuerdos entre Rosneft y la compañía nacional venezolana, PDVSA.

Maduro fue acusado el jueves de «narcoterrorismo» por Washington, que ofreció 15 millones de dólares de recompensa por su detención.

Las acusaciones implican un aumento de la presión contra el mandatario venezolano, cuya reelección en 2018 fue considerada fraudulenta por más de medio centenar de países, con Estados Unidos a la cabeza.

Venezuela se enfrenta además a un panorama petrolero internacional desolador por la caída imparable del precio del crudo, y en los últimos meses, por la pelea entre Rusia y Arabia Saudita, el principal socio de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).

Tras años de falta de inversión, malos negocios y corrupción, la producción de la petrolera estatal PDVSA cayó a pique y está en los niveles de mediados de los años 40.

Estados Unidos dejó de ser cliente, y PDVSA se ha visto obligada a reducir aún más sus precios.

Venezuela producía en 2008 unos 3,2 millones de barriles por día. En febrero reportó a la OPEP una producción de 865.000 barriles diarios.