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El Indicador Mensual de la Actividad Económica (IMAE), es de cálculo relativamente reciente en República Dominicana por parte del Banco Central y su uso público data desde el 2007. El IMAE es un indicador que mide la actividad económica agregada nacional, que representa alrededor de un 82.0% de la cobertura de todos los sectores que conforman el PIB.

Una de las grandes ventajas que ofrece el IMAE es que provee información del PIB con mayor prontitud y frecuencia, esto pese a no ser un dato definitivo; permitiéndole a los formuladores de políticas económicas públicas, a los agentes económicos privados y al público en general, disponer de datos acerca del ritmo de la actividad económica de la nación, con el objeto de trazar sus estrategias.

Por la razón descrita es que las autoridades del Banco Central dan a conocer con solo una diferencia de hasta menos de un mes, cuál ha sido el desempeño mensual de la economía de los distintos sectores que conforman el PIB dominicano, constituyéndose no solo en un ejercicio comunicacional transparente, sino además, ser noticia para la prensa nacional, cuando la referida entidad ofrece el dato a la opinión pública, en la sección de cuentas nacionales de la web de la indicada entidad o a través de sus informes.

La mayoría de las veces y en lo que va del 2019, las autoridades han dado a conocer la actividad económica medida por el IMAE antes de finalizar el mes siguiente. La de enero se divulgó durante las primeras tres semanas de febrero, la del segundo mes del año en las dos primeras semanas de marzo, la del trimestre a principio de mayo; sin embargo, la correspondiente a abril, a la fecha de publicar esta opinión, no se ha dado a conocer ni en la web del Banco Central ni en informe sobre la marcha de la economía.

A juzgar por la información que suministra la página web de la Dirección General de Impuestos Internos (DGII), la demanda agregada nacional para el primer cuatrimestre del 2018 creció en 12.5% y la del 2019 en 9.5%, para una contracción en el ritmo de crecimiento de un 3.0% y en cuanto a la demanda agregada de abril, en el 2018 se redujo en un 3.7%, respecto al mes anterior y la de abril del 2019 disminuyó en forma más pronunciada en un 7.5%.

El desempeño de la demanda agregada podría estar sugiriendo que la actividad económica nacional de abril del 2019 se ha contraído con relación al mes anterior y también en forma interanual; lo que haría que el PIB del cuatrimestre enero/abril del año en curso muestre una menor tasa de crecimiento acumulada que la del 2018, que alcanzó alrededor de un 6.8%.

El ritmo de la actividad económica nacional actual, pudiera estar asociado a algunos grados de incertidumbre a nivel de posposición de las decisiones de invertir y de consumo de bienes duraderos por parte del público, en ocasión de la tensión política que hay en torno a la discusión en el partido de gobierno, dada la intención de modificar la Constitución de la República y que ha acaparado la atención de los principales actores del sistema de partido político y hasta de organizaciones civiles y empresariales.

Es probable que la contracción del PIB durante el primer trimestre del 2019 y su posible profundización para el primer cuatrimestre sea el motivo por el cual la Junta Monetaria decidiera liberar el pasado 30 de mayo los RD$29,209.7 millones del encaje legal, para ser colocados entre los agentes económicos a través de las entidades bancarias privadas, a fin de mantener el dinamismo de la actividad económica local, conforme se dio a conocer a la opinión pública.

De igual manera, la liberalización del referido monto del encaje legal bancario podría estar presagiando que la actividad crediticia privada del sistema financiero nacional, medida por la cartera de créditos a los sectores productivos y de consumo privado, esté mostrando señales de contracción, lo que también no resulta descabellado considerarlo, debido al dato del comportamiento de la demanda agregada de la economía local.

La actividad económica dominicana observada durante el trimestre enero/marzo del 2019 fue de un 5.7%, un 1.0% menor que igual período del 2018, cuando fue de un 6.8%, señal de desaceleración y contracción de la tasa de crecimiento del PIB; aunque más cercano al crecimiento potencial de la economía que se sitúa entre el 5.0% y el 5.5% anual. De corroborarse la disminución de la demanda agregada que presagia una contracción del PIB de abril del 2019, habría razones como para pensar que la contracción de la actividad económica más que moderarse se estaría acentuando.

La contracción económica es una de las fases del ciclo económico que presentan las economías y como tal es importante examinarlo, no solo porque muestra los altibajos, sino porque permite apreciar qué tanto se aleja o se aproxima el PIB observado al PIB potencial y, por lo tanto, ver el nivel de eficiencia y ocio con la que se ha desempeñado la economía; o dicho de otra manera: saber si la economía está produciendo el nivel que está en capacidad de producir.

Al crecimiento del PIB dominicano de los primeros meses del 2019 acercarse al PIB potencial, estaría sugiriendo que la brecha del producto tiende a cerrarse y dependiendo de cuál haya sido la magnitud del desempeño de la economía nacional en abril, la referida brecha podría situarse en negativa, al quedar por debajo del crecimiento potencial.

La brecha del producto de República Dominicana ha sido positiva de cuatro de los últimos cinco años, teniendo solo el 2017 una brecha negativa al quedar ligeramente por debajo del crecimiento potencial, cuando para el referido año el PIB creció en un 4.6%; mientras que el piso del PIB potencial es de un 5.0%, para una brecha de un 0.4%.

No resulta despreciable considerar la posibilidad de una brecha del producto negativa durante el primer trimestre y cuatrimestre del 2019, esté explicado por la ausencia o disminución de presiones inflacionarias de corto plazo en la economía nacional, pues cortado al cuarto mes, la tasa de inflación acumulada ha sido de un 1.39% y la de abril de un 0.53%, ambas muy inferior al piso y techo de la meta de inflación consignada en el programa monetario del Banco Central, que es de un 3.0% y un 5.0%, respectivamente.

De verificarse que se está produciendo una contracción en la economía dominicana, resulta positivo que ante la ausencia de presiones inflacionarias internas, la posición monetaria sea más flexible y ante también la ausencia de presión cambiaria que produzcan una depreciación más allá de lo estimado, podría esperarse que la tasa de política monetaria establecida por el Banco Central para incidir en las tasas bancarias sea reducida en el corto plazo.