JESÚS GERALDO MARTÍNEZ

Esta normativa no se aplica en los sistemas bancarios de otros países similares a la República Dominicana, los reguladores están claro que la misma es inviable aplicar y menos en el actual contexto internacional.

Santo Domingo (D.N.), República Dominicana.- En el día de hoy, 16 de mayo del 2022, el brillante economista Dr. Andrés Dauhajre hijo, presenta en el periódico El Caribe un interesante artículo, titulado “Hay Mark-to-Markets que matan”,  sobre los efectos que tendría la implementación de una regulación emitida por la Superintendencia de Bancos relacionada a la valoración a precio de mercado de las inversiones que poseen las entidades bancarias en su portafolio de inversión.

En dicho artículo deja muy claro y con ejemplos muy cercano a la realidad los efectos nocivos y perniciosos sobre el sistema bancario dominicano, indicando que “la norma de ‘mark-to-market’, evidenciarían una pérdida de RD$158,124 millones, prácticamente el triple del agujero de RD$55,000 millones que se detectó en Baninter en abril de 2003. Esa pérdida de RD$158,124 millones borraría, de un plumazo, el 63% del patrimonio de los bancos múltiples a finales de abril de 2022”.

En adición, el Dr. Dauhajre señala los efectos que tendrían en términos de la calificación de riesgo país, el impacto negativo en las recaudaciones gubernamentales y lo difícil que será acceder para el Estado Dominicano a los mercados financieros internacionales con la implementación de una normativa de esa naturaleza. Hace un llamado a que se imponga la experiencia, la prudencia y la sensatez en la implementación de una regulación que solo debe ser aplicada por el regulador del mercado de valores, y no por el regulador del mercado bancario.

El Mark to Market o valor razonable es definido como el precio que se recibiría al vender un activo o se pagaría al transferir un pasivo en una transacción ordenada, entre los participantes del mercado en la fecha de medición.

El concepto de valor razonable tiene más de 50 años de aplicación en los negocios, principalmente los que se realizan en o alrededor de los mercados de capitales, generalmente se asocia con los precios de mercado y también se le conoce como el valor justo y transparente.

Este método de medición nace como una necesidad a los cuestionamientos que se le hacen a la contabilidad medida a costo histórico, por las discrepancias entre el valor de mercado y el valor en libros.

El objetivo de una medición del valor razonable es estimar el precio al que tendría lugar una transacción ordenada para vender el activo o transferir el pasivo entre participantes de mercado en la fecha de la medición, en condiciones de mercado presentes.

Este método de medición es perfectamente aplicable en el mercado de valores, donde el regulador está consciente de los impactos y de las imperfecciones que tiene el mercado de valores dominicano en cuanto liquidez, profundidad, eficiencia y volumen.

Sin embargo, en cuanto al sistema bancario este método no es aplicable, dada las características intrínsecas propia de la naturaleza de los bancos dominicanos y como muy bien señala el Dr. Dauhajre, no están dadas las condiciones para que “la República Dominicana se  autoimponga una norma de valoración de instrumentos financieros que inyectaría una dosis letal de volatilidad al patrimonio y, por tanto, a la solvencia del sistema bancario”.

Además, esta normativa no se aplica en los sistemas bancarios de otros países similares a la República Dominicana. Los reguladores están claro que la misma es inviable aplicar y menos en el actual contexto internacional que presentan los mercados financieros internacionales.

En ese sentido, se le sugiere a la Superintendencia de Bancos no sólo aplazar hasta enero del año 2023 la implementación de la normativa del valor razonable, mejor dejarla sin efecto en su totalidad.

A la vez, le sugiero al órgano supervisor emitir una circular en la que se les indique a las entidades bancarias que valoren sus instrumentos financieros al precio que lo compraron y que registren su ganancia o pérdida de capital real si venden el instrumento financiero a un precio mayor o menor de su adquisición.

En el actual contexto económico mundial, los conflictos entre Rusia y Ucrania cada día agudizan la problemática inflacionaria que se presentaba como secuela de la pandemia, y que han llevado a los bancos centrales de todos los países del mundo a tomar medidas de política monetaria más restrictivas, a través del aumento de las tasas de interés de política monetaria que eventualmente afectará la calidad del portafolio de crédito de los bancos. Con todo esto, no podemos agregarle más estrés al sistema bancario de que registren una pérdida ficticia en sus balances, que destruyan la solvencia, la sanidad y estabilidad financiera alcanzada en los últimos 18 años.

Como señala Andy:  “el presidente Abinader tiene una amplia agenda de problemas que enfrentar. Por favor, no le agreguemos uno más que, sin lugar a duda, tiene el potencial de hundir nuestra economía”.

¡La experiencia, la prudencia y la sensatez debería imponerse, no jueguen con fuego!