La penúltima antifona del Adviento versa:

_Un Niño nos va a nacer y su nombre es: Dios fuerte ; _Él sea la bendición de
todos los pueblos_

Primero nace el Bautista. Recupera Zacarías el habla, tras Santa Isabel anunciar que se llamará Juan.

Aunque milagroso el nacimiento y la circuncisión del Precursor, su vida de adulto en lo adelante tendrá la crudeza y la rudeza del desierto y la franqueza de la predicación de la justicia.

Solo se humilló delante de aquel que no es digno de llevarje y soltarle las sandalias.

Zacarías y Santa Isabel verán como su hijo decrece para que el Hijo de La Madre del Señor reine.