El líder supremo iraní, el ayatolá Jamenei, dialoga con el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, el 13 de junio de 2019 en Teherán.-

El guía supremo iraní descartó categóricamente cualquier tipo de discusión con el presidente estadounidense Donald Trump, al recibir el jueves al primer ministro de Japón, Shinzo Abe, que llegó a Teherán con la esperanza de contribuir a bajar las tensiones en Medio Oriente.

Esta visita inédita fue superada por la actualidad al coincidir con unos misteriosos nuevos ataques en el Golfo de Omán contra dos petroleros, similares a aquellos de mayo contra cuatro barcos alrededor del Estrecho de Ormuz y que significaron una nueva escalada de tensión en la región.

Se reunió el jueves en Teherán con el líder supremo de Irán, en el segundo día de una visita inédita en la que pidió que el país tenga un «papel constructivo» en Oriente Medio frente a las tensiones recientes en el Golfo.

«No considero a Trump como una persona digna de intercambiar mensajes con él», dijo el guía supremo iraní, Alí Jamenei a Abe, el primer jefe de gobierno japonés que viaja a Irán desde 1978 y que se reúne con el número uno de la República Islámica.

«No tengo respuesta para él y no le responderé», agregó Jamenei.

De su lado, el primer ministro japonés dijo que compartió «con toda honestidad» sus puntos de vista personales «sobre lo que el presidente [estadounidense] tiene en mente», dijo Abe a los periodistas japoneses después de la reunión.

Estimó que la reunión era «un paso importante» para garantizar la paz y la estabilidad en la región.

Las ya fuertes tensiones debido a la crisis entre Estados Unidos e Irán, no han hecho más que aumentar en la región debido a nuevos ataques de origen indeterminado contra dos petroleros, uno noruego y el otro japonés, en el Golfo de Omán.

Este nuevo episodio se produce casi un mes después del ataque a cuatro barcos, incluidos tres petroleros, frente a los Emiratos Árabes Unidos, por los cuales Washington señaló a Teherán.

El ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Mohammad Javad Zarif, reaccionó rápidamente y dijo que la coincidencia entre los ataques y la visita de Abe era altamente sospechosa.

«La palabra sospechoso es poco para describir lo que se deduce aparentemente» de estos «ataques» contra «buques cisterna vinculados con Japón ocurridos cuando el primer ministro (Abe) estaba reunido» con el líder supremo de Irán, escribió Mohamad Javad Zarif en Twitter.

La Casa Blanca dijo el jueves que Trump estaba al tanto de los ataques a dos petroleros en el Golfo de Omán y que su gobierno está «evaluando la situación».

Japón es un aliado clave de Washington, rival de Teherán, y tradicionalmente tiene buenas relaciones con Irán.

El presidente iraní, Hasán Rohaní, y el primer ministro japonés, Shinzo Abe, en una rueda de prensa común en Teherán, el 12 de junio de 2019.-

La visita de Abe, que el miércoles se reunió con el presidente Hasán Rohani, se produce en plena tensión entre Irán y Estados Unidos que hace temer incidentes en el Golfo.

También preocupa el futuro del acuerdo de Viena de 2015 sobre el programa nuclear iraní, después de que Estados Unidos se retirara unilateralmente en 2018.

«Nadie quiere una guerra. Japón quiere tener un papel de primer plano para rebajar la tensión», dijo Abe el miércoles tras reunirse con Rohani.

Japón, que hasta hace poco todavía importaba un 5% de su petróleo de Irán, tuvo que renunciar a esas compras para evitar las sanciones estadounidenses.

La economía japonesa es muy dependiente del petróleo del Golfo y Japón da mucha importancia a la estabilidad del suministro en hidrocarburos.

Rohani consideró que la «raíz» de las tensiones en la región está en «la guerra económica de Estados Unidos contra Irán». «Cuando termine, veremos un cambio muy positivo en la región y en el mundo», aseguró.

«Jamás vamos a desatar una guerra, incluso contra Estados Unidos, pero opondremos una respuesta terrible si nos atacan», advirtió sin embargo Rohani, cuyo país acusa a los occidentales de ejercer una influencia «desestabilizadora» en Oriente Medio.

El presidente iraní declaró que es del «interés de Japón seguir comprando petróleo a Irán y resolver las cuestiones financieras» provocadas por las sanciones estadounidenses.

Una manera, según el líder iraní, de «garantizar» mejores relaciones entre ambos países, que ya son buenas.

Rohani subrayó los puntos comunes con su invitado sobre la cuestión de las «armas nucleares» y dijo que los dos países «están en contra».

Abe expresó por su parte su «profundo respeto por el hecho de que el guía supremo ayatolá Jamenei haya repetido la fetua [decreto religioso] que dice que ‘las armas nucleares y las demás armas de destrucción masiva son contrarias al islam'».

Desde la decisión estadounidense de retirarse del acuerdo de Viena, el gobierno del presidente Donald Trump restableció o reforzó las sanciones económicas contra Irán.

Recientemente Washington desplegó importantes medios militares en el Golfo para enfrentarse a una presunta «amenaza iraní».

Desde el punto de vista iraní, Japón tiene una imagen de país que logró modernizarse sin renunciar a sus tradiciones y conservando su identidad cultural.

Frente a las consecuencias de la política estadounidense de «máxima presión» sobre su economía, Irán amenazó en mayo con dejar de cumplir progresivamente el acuerdo de 2015 a menos que sus socios, en particular los europeos, le ayuden a evitar las sanciones.

Fuente: Agencia Francesa de Prensa