Los cancilleres del Grupo de Lima reunidos en Buenos Aires escuchan por videoconferencia al venezolano Juan Guaidó. En vídeo, las declaraciones del Grupo. FOTO: AFP | VÍDEO: REUTERS

Federico Rivas Molina

La reunión en Buenos Aires coincide con los primeros seis meses de Juan Guaidó como presidente encargado

El Grupo de Lima eleva la presión sobre el gobierno de Nicolás Maduro. Tras una reunión en Buenos Aires, los cancilleres de los países americanos que lo integran, más la Unión Europea, hicieron suyo el informe de la ONU sobre violaciones a los derechos humanos en Venezuela, que habla de 7.000 muertes violentas durante los últimos 18 meses, y pidió al Consejo de Seguridad que discuta sus resultados. La intención del Grupo ha sido sumar el compromiso de países que hoy apoyan políticamente a Caracas, como China y Rusia.

El Grupo de Lima nació para acompañar a la oposición venezolana en la búsqueda de una solución pacífica a la crisis política y económica que atraviesa el país caribeño. Desde entonces, concentró sus esfuerzos en apoyar a Juan Guaidó, el hombre al que ven como sucesor natural de Maduro. Guaidó no estuvo en Buenos Aires, pero habló a los cancilleres por videoconferencia al cumplirse seis meses desde que el líder opositor jurase ante una multitud como presidente encargado. En un breve mensaje, Guaidó destacó el apoyo regional a la transición, recordó la gravedad de los resultados del informe de la ONU y puso como ejemplo de la crisis el apagón que desde el lunes por la tarde mantiene a oscuras a buena parte de Venezuela. El líder opositor agradeció además “todo el esfuerzo que los países del Grupo de Lima están realizando para albergar a los venezolanos” que huyeron de su país, unos cuatro millones, según estadísticas de la ONU.

La reunión supuso un renovado apoyo a Guaidó, en momentos en que la presión opositora contra Maduro parece haber entrado en una meseta. “Hemos conversado con Guaido, que cumple seis meses en el cargo y le hemos renovado nuestro pleno apoyo en su lucha para recuperar la democracia en Venezuela”, dijo el canciller de Perú, Néstor Popolizio. El encuentro concluyó con un documento de 15 puntos en el que los cancilleres ratificaron la dimensión regional que atribuyen a la crisis en Caracas.

En la apertura del encuentro, el canciller anfitrión, Jorge Faurie, dijo que la situación es “el episodio más traumático de la institucionalidad y de la paz en las últimas décadas”, una amenaza que “compromete la seguridad regional y también internacional”. De ahí el llamado al Consejo de Seguridad de la ONU, integrado por Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Reino Unido. Es el consejo el que discute, por ejemplo posibles intervenciones militares en terceros países. El Grupo de Lima «considera que el Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos no deja margen para que algunos países sigan apoyando al régimen ilegitimo de Maduro», dice el texto, leído por Faurie ante periodistas.

El canciller argeinto pidió elecciones anticipadas, un reclamo constante del Grupo de Lima, como única salida para “el restablecimiento del orden democrático en Venezuela”. Argentina es, junto con Perú y Brasil, uno de los países que más presiona por una salida ordenada de Maduro. En la previa de la reunión, el gobierno de Mauricio Macri dijo que recibirá denuncias de exiliados venezolanos sobre violaciones a los derechos humanos que luego remitirá a organismos internacionales. Guaidó celebró la iniciativa.

Además de la representante de Venezuela ante la Argentina, Elisa Trotta, y el canciller Faurie, participaron de la reunión en Buenos Aires los cancilleres de Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Guyana y Perú. Canadá, Honduras, Panamá, Paraguay y Santa Lucía enviaron representantes y Ecuador y El Salvador se sumaron por primera vez como observadores. Por la Unión Europea participó Enrique Iglesias, asesor especial para Venezuela. El Grupo de Lima lleva el nombre de la capital que albergó la primera reunión, hace dos años. La intención de los fundadores fue evitar el bloqueo en la OEA, donde países como Bolivia y Ecuador se negaban a condenar a Maduro y la presencia de Estados Unidos daba armas a Caracas para rechazar de plano las declaraciones.

Fuente: El País