Pablo Guimón 

El bombardeo aumenta la tensión en Oriente Próximo tras el asesinato del general iraní Qasem Soleimani el pasado viernes

Irán ha golpeado esta noche a Estados Unidos disparando misiles contra dos bases aéreas en Irak donde están desplegadas tropas estadounidenses: la de Ain Al Asad, en el oeste del país, y una en Erbil, en el Kurdistán iraquí, según ha confirmado el Pentágono. Las autoridades iraquíes indican que 22 cohetes golpearon los recintos militares, mientras la televisión estatal iraní habló de 15. No constan víctimas mortales en el ataque, según fuentes iraquíes y estadounidenses. «All is well [Todo está bien]», tuiteó el presidente de Estados Unidos poco después.

Bases atacadas

 

22 misiles han sido lanzados contra dos bases aéreas en Irak donde están desplegadas tropas estadounidenses.

La explicación de la ausencia de bajas tiene que ver con que Irán advirtió de antemano al Gobierno iraquí del ataque. “Poco después de medianoche, recibimos un mensaje verbal oficial de la República Islámica de Irán indicando que comenzaría la respuesta al asesinato del mártir Qasem Soleimani”, se lee en un texto hecho público por la oficina del primer ministro iraquí, Adel Abdul Mahdi. Según el comunicado, los iraníes no especificaron la localización de los ataques pero afirmaron que “se limitarían a zonas donde el Ejército estadounidense está presente”. Inmediatamente, el Gobierno de Irak advirtió al mando de las Fuerzas Armadas iraquíes para que “tomase las medidas de prevención necesarias” y, presumiblemente, los militares iraquíes pusieron sobre aviso a los estadounidenses.

«Irak fue objeto entre las 1:45 y 2:45 [hora local] del 8 de enero de un bombardeo de 22 misiles, 17 en la base de Ain Al Asad, incluyendo dos que no estallaron, y cinco en la ciudad de Erbil, todos en los cuarteles de la Coalición», ha explicado el ejército de Irak en un comunicado en el que ha precisado que tampoco hubo bajas entre el personal iraquí que se hallaba en las bases. La cadena kurdoiraquí Rudaw ha señalado que un misil cayó a cinco kilómetros de la base de Erbil y otro en la localidad de Bardarash, 50 kilómetros al noreste de Erbil.

La ofensiva, ha explicado el Gobierno iraní, se produce en respuesta al asesinato en la madrugada del pasado viernes en Bagdad del poderoso general iraní Qasem Soleimani, que disparó la tensión en la región. Grupos armados proiraníes en Irak habían prometido unir fuerzas para responder al ataque, realizado por un dron estadounidense, que mató al general que dirigía la fuerza Al Quds, cuerpo de élite de la Guardia Revolucionaria iraní encargado de acciones en el exterior, y también al líder miliciano Abu Mahdi al Mohandes. Pero Teherán ha optado por responder de forma directa, con una salva que demuestra la capacidad de su programa misilístico de golpear con precisión objetivos a más de 300 kilómetros de distancia de sus fronteras.

Captura de un video de la base Ain al-Asad en el momento de impacto de los misiles.

A primera hora de este miércoles ha comparecido el líder supremo de Irán, Ali Jamenei, que ha asegurado que el ataque contra las dos bases con presencia estadounidense en Irak «no es suficiente» venganza y ha recalcado que lo importante es expulsar a las tropas de EE UU de Oriente Medio. «Estados Unidos es el enemigo de Irán«, ha asegurado el ayatolá, que ha considerado la presencia estadounidense en la región como «una fuente de corrupción». Por su parte, la rama de las Fuerzas Armadas iraníes ha dicho en un comunicado que «la feroz venganza de la Guardia Revolucionaria ha comenzado». Además, han advertido a Washington y a sus aliados en la región, en especial a Israel, de que una respuesta llevará inevitablemente a un nuevo contraataque: “Advertimos a todos los aliados estadounidenses, que dieron sus bases a su ejército terrorista, que cualquier territorio que sea el origen de actos agresivos contra Irán será atacado”. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, respondió alabando el asesinato de Soleimani y advirtiendo de que cualquier tipo de ataque a Israel será «respondido de la forma más dura».

Sin embargo, algunos elementos inducen a pensar que no deba producirse necesariamente una escalada bélica brutal. El hecho de que no se hayan producido víctimas mortales facilita las cosas. Donald Trump ha evitado respuestas abruptas. «Irán tomó y concluyó medidas proporcionales en defensa propia al amparo del artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, atacando la base desde la que se lanzó el ataque cobarde contra nuestros ciudadanos y altos oficiales. No buscamos una escalada o la guerra, pero nos defenderemos de cualquier agresión», ha asegurado el ministro de Exteriores iraní, Mohammed Javad Zarif, quién confirmaba la autoría de la operación por parte de su país en un tuit publicado a las 21.32 (hora de Washington).

Doce minutos después, el presidente Trump ha publicado un tuit: «¡Todo está bien! Misiles lanzados desde Irán a dos bases militares localizadas en Irak. La evaluación de víctimas y daños está teniendo lugar ahora. ¡De momento, todo bien! ¡Tenemos las fuerzas militares más poderosas y mejor equipadas de todo el mundo! Haré una declaración mañana por la mañana [este miércoles]». Algunos oficiales iraníes han publicado en Twitter banderas de Irán tras el bombardeo, igual que hizo Donald Trump con la bandera de Estados Unidos después del ataque a Soleimani.

En la mañana de este miércoles, y tras una reunión del gabinete ministerial, el jefe de la diplomacia iraní ha dado a entender que su país no tomará más acciones de represalia, a menos que Washington ataque objetivos iraníes, en cuyo caso se vería obligado a responder. «Todo depende de Estados Unidos. Estados Unidos debe entrar en razón y abandonar su temeridad en la región», afirmó Zarif: «El elevado número de iraníes en las calles [para el funeral de Soleimani] muestra que Estados Unidos tiene que tratar a nuestra gente con respeto y no con ataques ni sanciones». También el ministro de Defensa, Amir Hatami, ha asegurado que la respuesta de Teherán «será proporcional» a lo que haga Washington, si bien también ha subrayado que «lo que pide la nación iraní es continuar hasta acabar con la corrupta presencia de Estados Unidos en la región».

La operación ha sido bautizada, según la televisión iraní, como Mártir Soleimani. La base de Ain Al Asad, a 200 kilómetros de Bagdad, acoge a 1.500 soldados estadounidenses y de la coalición. Ha sido base de operaciones de Estados Unidos en el oeste de Irak desde 2003, y el propio presidente Trump la visitó en diciembre de 2018. La otra base atacada, según ha confirmado Estados Unidos, está en Erbil, en el Kurdistán iraquí, y es un centro para operaciones especiales en el norte de Irak y en Siria. El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, ha llamado por teléfono al primer ministro del Gobierno regional del Kurdistán, Masud Barzani, para informarle de lo que saben hasta ahora, según un portavoz del Departamento de Estado.

El Pentágono ha confirmado que en la ofensiva se han utilizado «más de una docena de misiles balísticos», y que «está claro que han sido lanzados desde Irán». Por el momento no hay confirmación oficial de daños personales. «Estas bases han estado en alerta alta debido a indicaciones de que el régimen iraní planeaba atacar a nuestras fuerzas e intereses en la región», ha asegurado Jonathan Hoffman, portavoz del Pentágono, en un comunicado.

La Administración Federal de Aviación estadounidense (FAA), entidad gubernamental responsable de la aviación civil, ha prohibido a los operadores volar en el espacio aéreo de Irak, Irán y las aguas del golfo Pérsico y el golfo de Omán. Los precios del petróleo han subido hasta un 4% respecto al martes, superando los 70 dólares el barril brent y las Bolsas han sufrido importantes caídas en los mercados asiáticos. Irán es el quinto mayor productor de petróleo del mundo, así que la subida del precio del barril «beneficia» al país, ha asegurado a la agencia ISNA el ministro del Petróleo, Bijan Zanganeh, que exhortó a Washington a «dejar de molestar en la región y dejar a la gente vivir en paz».

La Casa Blanca ha anunciado que el presidente Trump fue «informado» del ataque inmediatamente. «Estamos al tanto de los informes sobre los ataques contra los puestos militares estadounidenses en Irak», ha dicho Stephanie Grisham, secretaria de prensa de la Casa Blanca. Pompeo y el secretario de Defensa, Mark Esper, han llegado a la Casa Blanca tras conocerse las noticias.

El vicepresidente Pence ha informado del ataque a los líderes demócratas del Congreso. «Estoy siguiendo de cerca la situación», ha dicho en Twitter la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi. «Debemos garantizar la seguridad de nuestros militares, lo que incluye terminar con las provocaciones innecesarias de la Administración y pedir a Irán que cese su violencia. Estados Unidos y el mundo no pueden permitirse una guerra».

La ofensiva se ha producido horas después de que la multitud despidiera al general Soleimani en las calles de Irán, en el último día de los funerales en su honor. Al menos 56 personas fallecieron en una estampida, provocada por la masiva afluencia, que obligó a posponer los actos.

En Irak hay más de 5.000 soldados estadounidenses y es el quinto país de Oriente Próximo con más tropas, solo detrás de Afganistán, Catar, Kuwait y Baréin. Tras la escalada de tensiones en los últimos días, el Pentágono anunció que enviará 3.500 militares a la región para reforzar las posiciones estadounidenses.