Tiempo propicio para los maestros carismáticos o fariseos den el paso a la Pascua tal como lo hizo Nicodemo.

No basta reconocer que Cristo Jesús hizo grandes signos.

Bautismo, nacer de nuevo y Reino de Dios tienden y conforman una misma realidad.

Nosotros por igual, en medio de la oscuridad de la noche, hemos de acercarnos al Hijo de Dios.

El Crucificado ha resucitado. O se da por supuesto, o se ignora la Fuerza de Dios en los Sacramentos de la Iglesia, los cuales pueden pasar por un simple rito al ser contemplado con una vista somera.

Es la Madre Iglesia, nuestra Maestra perpetua y diligente, quien nos hizo nacer por él Bautismo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo a la vida de los hijos de Dios.

Ella, la que diariamente nos alimenta con la Eucaristía, la que nos pide que asumamos la actitud constante de ser sus discípulos y dejarnos llevar por el viento fresco del Espíritu, siempre novedoso, quien nos enseña tanto y tanto que no sabemos, y quién nos dispone a servir desinteresada y anónimamente a los que necesitan del Magisterio Social de la Iglesia.

Oremos por la elección del nuevo Papa, Maestro Universal de la Iglesia.

San Charbel, Presbítero y Mártir, ruega por nosotros.