A cinco mil alimentó el Señor con la multiplicación de los panes y los peces de aquel muchacho con vocación sacerdotal.
Cinco mil es la cifra que en la antigüedad refería a muchos, a una multitud incontable, a todo el orbe. Jesucristo es el Señor de cielos y tierra.
Podemos pensar que el resucitado no está en la Barca.
Su Iglesia (Ecclesiam Suam) tendrá discípulos de Cristo, a los Sucesores de los Apóstoles con corazón de Padres y Pastores que la lleven a buen puerto tras pasar por las tormentas del desconciertos que pescan quienes buscan su saciar su propio interés y los desaciertos de que propician a quienes les secundan como sus vasallos pensando que recibirán grandes beneficios. En cambio, solo falleceran.
Nosotros venimos a la Santa Misa Pascual porque queremos realizar la obra de Dios, trabajar por el alimento que no perece. Este es el lugar, la Mesa, la Comunidad Católica en que comemos del Pan que el Hijo del Hombre multiplicó para que creamos y siempre comamos de Él.
A María, Madre de la Iglesia de la Pascua encomendamos el Cónclave del cual surgirá la Cabeza del Colegio de los Sucesores de los Apóstoles.