La Paz del Señor que nos ha dejado cada vez que celebramos la Santa Cena, tal como lo hacemos ahora, nos recuerda al saludo del Santo Padre en el día de su elección y su consecuente explicitación:
«¡La Paz sea con Ustedes!… este es el primer saludo de Cristo resucitado, el Buen Pastor, que ha dado la vida por la grey de Dios. También yo quisiera que este saludo de paz entre en sus corazones, llegue a sus familias, a todas las personas, dondequiera que estén, a todos los pueblos, a toda la tierra. ¡La paz esté con ustedes! Esta es la paz de Cristo resucitado, una paz desarmada y una paz desarmante, humilde y perseverante. Proviene de Dios, Dios que nos ama a todos incondicionalmente».
Concluyó su primer mensaje Su Santidad León XIV con la súplica más oportuna a: «Nuestra Madre María siempre quiere caminar con nosotros, estar cerca, ayudarnos con su intercesión y su amor. Quisiera, pues, rezar junto con ustedes. Recemos juntos por esta nueva misión, por toda la Iglesia, por la paz en el mundo y pidamos esta gracia especial a María, nuestra Madre: Dios te salve, María…»
San Bernardino de Siena,
Ruega por nosotros.