No quedarnos en nuestras miserias ni dando vueltas retornando a las mediocridad.
La Luz Pascual encendida en el Altar en cada Celebración Eucarística nos lleva a adherirnos a las palabras del Papa León XIV en la Misa de su inicio de Pontificado: «El espíritu misionero… debe animarnos, sin encerrarnos en nuestro pequeño grupo ni sentirnos superiores al mundo; estamos llamados a ofrecer el amor de Dios a todos, para que se realice esa unidad que no anula las diferencias, sino que valora la historia personal de cada uno y la cultura social y religiosa de cada pueblo». Desechar toda oscuridad, pesimismo, melancolía, añoranza, tristeza. Crear y fomentar ambientes sanos y fructíferos es nuestra meta como Iglesia.
San Agustín de Cantembury. Ruega por nosotros