Claro y muy duro con los fariseos fue Cristo Jesús. Dar de lo que sobra, de lo que no ha costado sacrificio y para obtener beneficios a cambio, no redime.
Dar limosna es una de las obras de la Misericordia Divina, necesarias, requisito para alcanzar la salvación.
Podemos ubicar la hipocresía religiosa en el plano del auto-engaño. El ritualismo exterior para ser vistos o para obtener beneficios, una vez adoptado por una persona como parte de su patrón de interacción social es muy dificil de demostrar de la mente y el proceder habitual. Dichosos los que pueden alcanzar esta limpieza del Interior y desechar el protagonismo en la escena religiosa.
Estar presentes para la limosna, ser los primeros en la caridad, y desaparecer rechazando todo reconocimiento de los estandartes públicos que buscar aplausos y compensaciones por el bien hecho.
Recomiendan mucho en estos días el salir del ojo público por un buen tiempo para mejorar como personas, crecer en la virtud de la humildad, sencillez y desprendimiento y buscar nuevos lugares para ayudar a quien está en gran carencia de lo más elemental.