Jesús escogió a los más pobres y sencillos para ser sus Apóstoles, y para que después del ejercicio de su ministerio, ellos siguieran con su mismo estilo de vida, sin apegos, ni acumulaciones y deshaciéndose de todo lo que perturbara la paz de la Comunidad Eucarística. De lo contrario, la lucha contra los demonios les hubiese sido imposible. No hubieran estado en la disposición de cuidar a los enfermos.
Este es el modelo de hombres que se requieren para la construcción del Reino de Dios y su extensión. Ciudadanos cristianos que siguiendo las enseñanzas de los Santos Pedro y los Apóstoles vivan conformes al Evangelio de la familia, del trabajo, del estudio. Hacer efectiva la Doctrina Social de la Iglesia en lo moral, lo cívico, la economía, la política y en los medios de comunicación, de la sociedad en general.
Una persona me comentó el domingo en la noche de un sacerdote de 35 años que se suicidó por falta de un cercano y capacitado acompañamiento. Si bien es cierto que la vida de los curas necesitan especial atención, interés diligente y cercana vigilancia, el entorno de los casados y sus familias es de capital importancia.
Los desafíos y compromisos que enfrentan de los casados son de tal premura y exigen resolución inmediata y a largo plazo, así como de tener muy pocas satisfacciones propias por el bien y estabilidad de los suyos.
Sin lugar a dudas, la vida de los casados sacramentados es la de mayor exigencia a toda hora y con tantos que dependen de ella. Para eso están los curas… para auxiliarles.
Santos Mártires Chinos… Rueguen por nosotros.