Los 4 buenaventuranzas y ayes de San Lucas refieren a los pobres materiales y a los adinerados respectivamente. Razón por la que se le llama en esta comunidad el Sermon de los que viven en las llanuras.
La plenitud de la espiritualidad, la Comunión con el Cuerpo y la Sangre de Cristo, exige que transformarnos las estructuras sociales que no propician la salida de las amplias poblaciones que viven en la miseria, hambrientos y despreciados por nuestro estilo de vida.
Llamados hoy a dejar de ser falsos profetas satisfechos.
Busquemos cambiar la conducta ambiciosa por la del compartir.
La primera en proclamar este Evangelio fue la Virgen María al final del Magnificat anunciando la misericordia de Dios sobre sus hijos más desfavorecidos.
¿Cuál opción de vida asumiremos: la de los bienaventurados o la de los que merecen los ayes?