¡Es Navidad! La celebramos en el Altar de Dios para que nuestros hogares sean la Casa de Dios.

La última de las 4 Misas Papales o estacionales romanas devela el triple nacimiento del Hijo de Dios.

Primero, proclamarmos la generación eterna del Verbo.

Segundo, su nacimiento en el tiempo de los hombres, de la virgen María.

Tercero, su nacimiento en el alma de todos los que le acogen comulgando de su Cuerpo y de su Sangre, convirtiéndose así en hijos de Dios.

Lo hemos proclamado con el famoso Himno del Prólogo de San Juan Evangelista.

Nos arrodillaremos al confesar en la parte del Credo que cumplió sus 1700 años de antigüedad, el Niceno Constantinopolitano: por obra del Espíritu Santo se encarnó de María Virgen y se hizo hombre..

Y a todos vamos a bendecir.. Comienza la Octava de Navidad. Asistencia a Misa a diario para comulgar del Misterio de la Navidad.