Por esa razón, terminada la revolución, la decisión de la dirección del 1J4 fue la de reiniciar la lucha armada, “esta vez desde bases campesinas, construidas pacientemente”.

La noche del 4 de febrero de 1967, el presidente Joaquín Balaguer pronunció un alarmante discurso anunciando lo que ya muchos conocían: “Los servicios de inteligencia del Gobierno estaban en aquella fecha en posesión de datos fidedignos sobre un plan de la extrema izquierda (…), para la iniciación de un verdadero movimiento subversivo de proporciones imprevisibles”.

Días antes, las autoridades desencadenaron una ola represiva, que incluyó numerosos allanamientos y decenas de detenidos, para responsabilizar al Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y al general Elías Wessin y Wessin como cómplices en un supuesto golpe de Estado que se decía en gestación, en el que se implicaba también al Movimiento Popular Dominicano (MPD). Entonces se rumoraba que algo grande estaba pasando, pues se percibía agitación y toma de precaución en los grupos de la izquierda dominicana.

Discurso de Joaquin Balaguer del 4 de febrero de 1967

Semanas antes, el 22 de diciembre de 1966, cuando todavía el régimen de Balaguer no cumplía los primeros seis meses, los servicios de inteligencia de Venezuela descubrieron por casualidad, la documentación verídica de lo que el Movimiento Revolucionario 14 de Junio (1J4) fraguaba desde los días finales de la guerra de Abril de 1965, en su intento por reiniciar la guerra a partir de nuevas tácticas y estrategias, y con el supuesto objetivo de garantizar la derrota del gobierno dominicano y del “imperialismo yanquis”, a través de un movimiento armado de liberación nacional. La documentación descubierta en Venezuela era traída a Republica Dominicana, de manera oculta, en el abrigo del sindicalista de Foupsa-Cesitrado, Fernando de la Rosa, quien era miembro del MPD.

Documentos en manos de autoridades

Lo denunciado por el presidente Balaguer en el referido discurso, era indicio de que poseía cabal conocimiento de los detalles relacionados con las diligencias del 14 de Junio ante los partidos comunistas de China y Cuba. La información manejada daba cuenta de los pormenores ultra secretos del trabajo que se venía realizando para el establecimiento de un foco guerrillero en las montañas dominicanas. Los datos encontrados y suplidos a las autoridades dominicanas por las de Venezuela, iban desde la creación de una zona de lucha, hasta las etapas en que el proyecto sería implementado con el fin de desarrollar la guerra de guerrillas: “En el puerto de Maiquetía, cuando regresaba a Santo Domingo, el 23 de diciembre”—dijo el presidente Balaguer en su discurso—se halló, en los forros del abrigo de Fernando de la Rosa, “un abundante material subversivo con todos los planes, elaborados en parte por técnicos chinos y rusos, para llevar a cabo una revolución comunista en la República Dominicana”.

La situación denunciada era sumamente peligrosa para los planes del 14 de Junio. Evidentemente que esa organización no podía reconocer ante la opinión pública, ni ante las autoridades, la veracidad de la denuncia. Mas bien el 1J4 y otras organizaciones, se apresuraron a negar la acusación hecha por el gobierno y procedieron a denunciarla como un plan de las autoridades para reprimir a los revolucionarios y sus partidos, así como al PRD y a las organizaciones “de masas” que en aquellos días gestaban movimientos reivindicativos. Por ejemplo, el 7 de febrero el MPD rechazó la acusación lanzada por el presidente Balaguer en su discurso y la señaló como fantasiosa, diciendo además que las pruebas presentadas eran falsas, debido a que Fernando de la Rosa, que era miembro de esa organización, había negado poseer los documentos “ante los servicios del imperialismo, tanto venezolanos como dominicanos”.

Sin embargo, décadas después, el dirigente de izquierda Fidelio Despradel reconoció en su libro Fidelio: memoria de un revolucionario (2015), que las informaciones contenidas en los documentos citados eran ciertas, y que fue él quien redactó los informes que el 1J4 envió a Cuba y a Pekín, los que entregó a Juan B. Mejía con la instrucción de que, una vez leídos, tenían que ser destruidos; pero inexplicablemente fueron enviados desde Paris, con Fernando de la Rosa, para ser traídos nuevamente a la República Dominicana, facilitándole al servicio secreto de Venezuela su descubrimiento.

Fidelio Despradel explica en sus citadas Memorias, publicada por el Archivo General de la Nación en el 2015, (institución que posee copias de la documentación), que en su condición de alto dirigente del 1J4, le toco la redacción de los informes, con “algunos detalles del trabajo que realizábamos en Ocoa, Padre las Casas  y Bonao—dice el dirigente de izquierda—con  el fin de dar seguimiento a las relaciones que habíamos establecido, tanto con el Partido Comunista de China como con el Departamento América de Cuba. Y no era solo para informar, sino que estábamos interesados en enviar a un grupo de compañeras y compañeros (dos grupos) a recibir entrenamiento en China, y otro numeroso grupo a Cuba. Todo ello dentro de los planes de reforzar el material humano de las bases campesinas, en que estábamos embarcados.

Microfotografié dicho informe y se lo entregué, en minúsculo paquete que cabía en el taco de un zapato, para que Juan B. lo camuflara en su equipaje. Asimismo entregué el original para que lo memorizara, por si, cuando en Paris nuestro delegado procediera a copiar el mensaje micro fotografiado, apareciera algún segmento que no se copiara bien, Juan B. pudiera, como había estudiado el informe secreto, completar las frases que faltaran, insistiéndole en que destruyera el documento una vez lo hubiera leído. (…)”. “Qué pasó entonces?—dice Fidelio—

Que irresponsablemente, Juan B. Mejía no solo no destruyó el documento, una vez hubo leído su contenido, sino que cometió el gravísimo error de viajar con él, nadie sabe con qué fin. Y su error, violando lo que habíamos convenido, (…) metió ese y muchos otros documentos, en el forro de un abrigo que traería en la mano Fernando en su regreso a la República Dominicana, siendo este descubierto por el eficiente Servicio Secreto Venezolano, el cual se lo entregó a sus iguales de la República Dominicana”.

La muerte de Orlando Mazara en febrero de 1967

Aunque Fernando de la Rosa fue investigado por los servicios de inteligencia de Venezuela, y de autoridades dominicanas que visitaron ese país para interrogar al detenido, informaciones con los detalles del plan descubierto fueron recibidos por el gobierno dominicano a través del embajador de los Estados Unidos en el país, John H. Crimmins, quien en enero de 1967, “hizo un aparte con el Vice-Canciller en el transcurso de la recepción ofrecida el sábado por la noche, en el hotel El Embajador por el congresista Whitener, para informarle que el sindicalista dominicano detenido en Venezuela fue sorprendido con documentos subversivos”.

Contactos con el gobierno de Cuba

Septiembre 12 de 1966, 6:30 de la tarde. Una comisión del Movimiento Revolucionario 14 de Junio (1J4) salió del país para establecer relaciones y obtener recursos políticos y económicos de los gobiernos de Cuba y China comunista; además de apoyo para los planes de guerra de guerrillas que su organización estaba desarrollando. Julio de Peña Valdez y Juan Bautista Mejía, importantes dirigentes de la agrupación, viajaron hacia la isla de Cuba, pero para despistar a las autoridades se dirigieron primero a España y desde allí hasta Francia, de donde pasaron a Praga.

Desde este último punto ingresaron a Cuba el 22 de septiembre. En sus equipajes, la documentación conteniendo los informes en los que la organización que representaban, detallaban los planes para el inicio de una guerra de liberación nacional.Al momento de sus salidas hacia Cuba y China, que eran los destinos prioritarios indicados por el 14 de Junio, ese partido se desgarraba afectado por un estéril debate que enfrentaba dos “líneas políticas” acerca de cuál de las organizaciones de izquierda existentes contaba con las condiciones necesarias para representar o convertirse en el “partido de la clase obrera”, capaz de organizar la lucha y dirigir la revolución dominicana hasta establecer un Estado socialista. Ese enfrentamiento se estaba dando, desde los días finales de la revolución de Abril, entre los “transformistas” y “no transformistas”.

Los primeros, dirigidos por Fidelio Despradel, planteaban que el 14 Junio era la organización que tenía las condiciones para convertirse en ese partido de la clase obrera, con el prestigio y la experiencia para dirigir con existo la revolución dominicana. La segunda posición, encabezada por Rafael—Fafa—Taveras, le negaba al 1J4 las referidas condiciones. Por el contrario, los seguidores de Taveras planteaban que era el Movimiento Popular Dominicano (MPD), y no el 14 de Junio, el partido marxista-leninista de la clase obrera.

Eran los días en que los tres grupos de la izquierda dominicana, que incluía al Partido Comunista Dominicano (PCD) de reciente formación, coincidían en que estaban dadas todas las condiciones para reiniciar la lucha armada truncada en 1965, por la acción directa de las tropas de los Estados Unidos. Julito de Peña y Juan B., eran seguidores de los “no transformistas”, por lo que antes de salir del país, ya trabajaban de manera discreta con el MPD, lo que al parecer no estaba en conocimiento de la tendencia de Fidelio.

Los “no transformistas”, posterior al congreso del “Catorce de Junio” celebrado en la primera semana de julio de 1967, ya habían renunciado y pasado a formar parte del MPD. La división incidió en los aprestos “transformistas” para iniciar los planes de guerra de guerrillas, aunque al enviar a los dos emisarios políticos a contactar a los chinos y cubanos, no se percataron de que los recursos y las relaciones que se podían lograr beneficiarían  los intereses del MPD.

Esto podría explicar, en partes, los motivos que llevaron a Juan B. para enviar desde París todos los documentos, además de nuevos detalles de la gestión hecha antes los gobiernos de China y Cuba. Se podría entender entonces, que la documentación no venía dirigida al 14 de Junio, sino para ser entregada al MPD.

Los informes enviados a China y Cuba

Además de los informes redactados en Santo Domingo por Fidelio Despradel, los comisionados tomaron notas de sus reuniones con los aliados extranjeros, las que resultaron de importancia para las autoridades dominicanas, como por ejemplo las relativas a la ayuda económica; la irritación de Fidel Castro por algunas críticas hechas por militantes del 1J4; “la posición burguesa de los cubanos, de querer imponer su posición con relación a la guerra y de dirigir la lucha continental y mundial contra el imperialismo”; el conocimiento de los cubanos sobre la división que afectaba al partido; el incumplimiento del 1J4 a los compromisos con el gobierno de Cuba, y las dificultades que desde 1965 habían enfriado las relaciones del Catorce de Junio con los cubanos.

El MPD negó las acusaciones del presidente Balaguer

En el informe enviado al partido comunista de Cuba, que era en sentido general el mismo que fue enviado a China comunista, se explicaba que el 1J4 había “tomado la resolución de prepararnos y preparar las masas para el inicio de la guerra revolucionaria para la toma del poder, cuyo escenario principal será el campo dominicano. (….)”.

También se observaba la necesidad de impulsar la depuración de la agrupación  para fortalecer su estructura y el trabajo político, así como establecer un frente amplio de lucha por la soberanía y los derechos democráticos, pasos necesarios para el fortalecimiento de los sectores democráticos que agrupaban a los estudiantes, empleados públicos, los obreros, mujeres, profesionales y pequeños productores. Además, el 14 de Junio estaba poniendo—dice en los documentos—“gran  atención a organizar la Asociación de Combatientes Constitucionalistas, organización que agrupa los combatientes y un gran número de combatientes de la revolución de Abril y la guerra de resistencia a la agresión yanqui, son hombres de partido o de base al PRD”.

En cuanto a la preparación militar inmediata, anotaban que se estaba en el proceso de “preparación militar” y de trasladar “armas a sitios estratégicos del campo donde trabajamos para la creación de base de apoyo. Colocación de una pequeña cantidad armas en sitio de seguridad. Preparación de escondites para el trabajo clandestino. Trabajar con los militares constitucionalistas y dentro de las Fuerzas Armadas Regulares”.

La propuesta guerrillera del 1J4

La propuesta enviada por el “Catorce de Junio”, para ser discutida con los delegados cubanos y chinos, descansaba en el siguiente plan:Rodear las ciudades desde el campo. Establecer la política en el campo con el desarrollo de la guerra de guerrillas, creando el poder popular en las zonas liberadas, hasta destruir al poder reaccionario en el campo.

Al mismo tiempo se  organizaría la lucha política en las ciudades con el fin de desarrollar a las masas política y militarmente. “Golpeamos, y miremos el poder revolucionario en las ciudades hasta que seamos lo suficientemente fuertes, para con la lucha en las ciudades y el ataque del campo derrocar definitivamente el poder reaccionario.

En la actualidad trabajos en el campo para ir creando la base política y reforzamos la organización militar del partido con la preparación política y militar de los cuadros. En la actualidad no estamos haciendo ningún planteamiento concreto de lucha armada, sino que señalamos al pueblo la necesidad de prepararse para la misma”.

La guerra  “del campo que rodea la ciudad”

Finalizada la guerra de abril de 1965, los tres partidos de izquierda existentes (14 de Junio, Partido Comunista Dominicano y Movimiento Popular Dominicano) no comprendieron que la contrarrevolución había triunfado, y pensaron que el establecimiento de un gobierno provisional en septiembre de 1965 y la instauración del régimen de Balaguer a partir de julio de 1966 con el apoyo norteamericano, era tan solo parte de un período negativo que marcaba el compás de espera, un receso en el camino de la lucha armada por el que estaban dispuestos a transitar para reiniciar la guerra en un plazo breve.

De las agrupaciones de izquierda, era la del 14 de Junio la que reunía más experiencia en asuntos relacionados con la lucha armada, pues muchos de sus principales dirigentes y militantes participaron en la guerrilla de Manolo Tavárez  Justo en 1963, en el adiestramiento en guerra de guerrillas tanto en Cuba como en China en 1964, y en la Academia Militar 24 de Abril durante la guerra civil de 1965.Por esa razón, terminada la revolución, la decisión de la dirección del 1J4 fue la de reiniciar la  lucha armada, “esta vez desde bases campesinas, construidas pacientemente”.

La presencia de Amaury Germán y otros de sus compañeros en Cuba, era parte de esos planes, que incluía a muchos de los que habían participados en la guerra de Abril, entre los que habían escogidos grupos de campesinos de las zonas donde se iban a establecer los focos guerrilleros.La agrupación  estaba consciente de que, aun teniendo unos 150 hombres con experiencia militar, la cantidad no era suficiente para la toma del poder.

Se necesitaban nuevos cursos en guerra de guerrillas y recursos económicos para garantizar los preparativos en marchas. Sin embargo, como lo estableció públicamente en un comunicado aparecido en el periódico El Nacional de Ahora del a15 de enero de 1967, el “Catorce de Junio” estaba dispuesto a encabezar la lucha, “consciente de que la liberación del pueblo dominicano sería el resultado de una gran guerra revolucionaria nacional y civil de carácter prolongado y que tendrá como escenario fundamental el campo” dominicano.

Motivados por esas premisas, fue que el 1J4 envió sus emisarios a conversar con los partidos comunistas de Cuba y China, en el último trimestre de 1966, sin imaginar que todos sus planes serian prontamente conocidos por las autoridades dominicanas.

De manera resumida, a partir de lo publicado por Fidelio Despradel, principal dirigente de la organización, el plan guerrillero puede ser resumido en varios aspectos y etapas preparatorias:

1. Ubicar las zonas principales en los campos y montañas de la República Dominicana, para el accionar de la guerrilla, a lo que se llamó “el triángulo estratégico”, destinado a ser zona de movilización y combate campesino, lugar para refugio, línea de abastecimiento y contacto, zona de retaguardia segura, escondites para armas de guerra y documentación; pero en especial para integrar la principal columna que daría inicio a la guerra popular “del campo que rodea la ciudad”.

2. Tener la ciudad capital como un centro especial, levantico en la militancia, en la que existían las condiciones y buenas relaciones con la militancia del Partido Revolucionario Dominicano, principal partido de oposición al régimen de Balaguer.

3. La base principal del movimiento insurreccional, territorio en el que operaría la dirección central de la guerra, estaría concentrada en lo que el 1J4 llamó “el triángulo estratégico”, formado por San José de Ocoa, en la zona de Arabia y La Horma dirigido por Orlando Mazara; Padre Las Casas, sección de Monte Bonito, dirigido por Aniana Vargas,  y Bonao, sección La Cienaguita,  bajo dirección de Fidelio Despradel.

4. Los mejores cuadros políticos y militares estarían ubicados en cada uno de los vértices del “triángulo estratégico”.

5. Además del “triángulo estratégico”, se establecerían base de apoyos a la operación central en las llanuras de Nagua y montanas circundantes, El Cuey en la cordillera oriental y el Distrito Nacional.

6. En la primera etapa el trabajo sería desarrollado en forma clandestina, sin enfrentamientos militares con el enemigo.

7. Aunque el 1J4 tenía más de cien militantes y dirigentes con conocimientos de las artes militares producto de la experiencia de Abril y de los adiestramientos realizados en Cuba y China comunista, planificaron enviar dos nuevos grupos para recibir entrenamientos en guerra de guerrillas.

8. Debido a que se entendía que los organismos de seguridad del Estado de República Dominicana y de los Estados Unidos daban seguimiento a los planes insurreccionales de la izquierda, se decidió la formación de un “eficiente aparato de inteligencia”.

9. Adquirir una goleta para contrabandear con armas y pertrechos de guerra, y para sacar del país a los miembros de la guerrilla y de la organización que lo requieran.

Las autoridades detrás de los planes guerrilleros

Los responsables de la seguridad del Estado tenían conocimiento de que el 14 de Junio estaba realizando labores políticas en la zona seleccionada para el reinicio de la guerra; pero fue en la documentación transportada por Fernando de la Rosa y capturada por el servicio secreto de Venezuela, donde las autoridades dominicanas obtuvieron los detalles de lo que se planificaba.

Se infiere, a partir de las conclusiones anotadas por Julio de Peña Valdez y Juan B. Mejía, en las que daban cuentas de sus reuniones con los representantes de los gobiernos contactados, las que aparecen en los documentos enviados de regreso al país por los comisionados, que era muy probable que las autoridades tuvieran conocimiento de que algo grande se estaba preparando, pues después de las reuniones con los representantes cubanos, ellos escribieron sus preocupaciones relacionadas con una reunión celebrada el 24 de septiembre de 1966, en las que aparecen diversos aspectos vinculados con los acuerdos contraídos con los cubanos desde 1964:

Por ejemplo, en los documentos aparecen detalles que apuntaban hacia algunos de los grupos o personas que se estaban  entrenando en guerra de guerrillas en Cuba, de los que se pensaba estaban infiltrados por la inteligencia norteamericana, y se anota:

“Se está investigando contacto que hizo hace unos meses Genao con catorcistas en Nueva York (viuda Minaya). Camaradas cubanos están muy preocupados sobre problema Genao y de quien lo sustituye en el 1J4.

Estudiar oferta de Víctor (CIA) (…); tratar de coordinar un buen plan de contra información. Investigar todos los dominicanos que fueron entrenados por Víctor. (….).  Con respecto al grupo francés han llegado a la conclusión de que estos elementos están trabajando en combinación con aparatos de investigación de la reacción: franceses y yanquis (CIA).

Se puede notar que con la facilidad que estos elementos resuelven algunos problemas es solamente en ligazón con gente que tenga fuerza material. Esta gente se ligó con el 1J4 (Movimiento Revolucionario 14 de Junio) a través de Luis Genao. (…).

Han estado investigando de qué fuente salió la información de la supresión de los entrenamientos militares. (…). Ojo! (…). Ajusticiar al traidor Víctor agente de la CIA”.

El proyecto guerrillero impactado por la crisis

Posterior al desvelamiento del plan insurgente, y luego del apresamiento de Fernando de la Rosa en Venezuela y de Julio de Peña Valdez en el aeropuerto de Santo Domingo, el gobierno detuvo en el aeropuerto de Punta Caucedo, el 15 de enero de 1967, una comisión del MPD  integrada por  Henry Segarra, Jorgito Puello Soriano y Pedro Cruz Sandoval, quienes, a partir de los contactos realizados por Julio de Peña y Juan B., intentaron sacar del país un conjunto de documentos para ser entregados a partidos y organizaciones aliadas, en especial a los partidos comunistas de China y Cuba.

Esa documentación también fue utilizada por el presidente Balaguer en su discurso pronunciado la noche del 4 de febrero de 1967.Un segundo golpe lo recibió el 14 de Junio, cuando las autoridades descubrieron el escondite de Orlando Mazara en el “triángulo estratégico” y le dieron muerte, el 10 de febrero del mismo año. Como se ve, la captura de los documentos en los aeropuertos de Venezuela y de Santo Domingo, pusieron en alerta las autoridades dominicanas y aniquiló “la envergadura del trabajo del 14 de Junio en la región y su peligrosidad para el sistema”.

Sin embargo, los planes para establecer el foco guerrillero no desaparecieron del todo, sino que tomaron otro giro: el 14 de Junio se relacionó con el proyecto guerrillero de Francisco A. Caamaño, quien llegó a la isla de Cuba en octubre de 1967, mientras que el MPD se embarcó en otros proyectos guerrilleros: “los mejor al campo” y “las tumbas vivas”; pero de eso hablaremos en próximos artículos de estas crónicas de los “doce años de Balaguer”. (Las fuentes consultadas para este artículos:

1. Legajo conteniendo documentación decomisada a Fernando de la Rosa en Venezuela. Archivo General de la Nación, y

2. Fidelio Despradel: memorias de un revolucionario publicada por el AGN en el 2015;

3. “Balaguer asegura hay comunismo FA”, El Nacional 5 de febrero 1967. Por error de editora Ahora ese periódico salió con fecha 5 de enero siendo realmente del 5 de febrero).

Referencia