Recibimiento del nuevo nuncio apostólico Jude Thaddeus Okolo por el presidente Danilo Medina. Foto: Ariel Díaz-Alejo/acento.com.do. Fecha: 26/11/2013.

Por Juan Bolívar Díaz

Sin responder los cuestionamientos de la la sociedad ni de los comunicadores sociales el presidente Danilo Medina impone cada vez más un régimen unipersonal que subordina los demás poderes e instituciones del Estado y cumple las leyes a la  conveniencia coyuntural, aún las aprobadas por el Congreso bajo control de su partido.

Más que nunca ha quedado claro que el mandatario llega al extremo de doblegar el Congreso Nacional pretendiendo imponer a todos los partidos la elección de candidaturas con el padrón universal para abrirse posibilidades de continuidad al frente del Estado o garantizársela a través de un escogido.

Solo Danilo Medina

Sólo el extremo presidencialismo puede explicar que la Comisión Bicameral que durante dos legislaturas consecutivas ha avanzado en lograr consenso en torno al proyecto de ley de partidos que se discute durante casi dos décadas, esté paralizada y en ridículo, sin poder cumplir su mandato ni dar justificación ante el Congreso y la nación.

Está a la vista de todos que ni siquiera en su propio Partido de la Liberación Dominicana (PLD) hay consenso para imponer a todo el sistema partidista un único método de elección de candidatos que impera apenas en un puñado de naciones, y no sólo lo rechaza un importante sector partidario encabezado por el expresidente Leonel Fernández, sino también casi todos sus aliados agrupados en un Comité Permanente de Partidos.

Cuando el Partido Revolucionario Moderno (PRM) está concluyendo la elaboración de su propio padrón de militantes, parece más que grotesco que se pretenda imponerle que quienes no estén en el mismo tengan igual derecho a elegir las candidaturas de esa agrupación, constituida con apego al artículo 216 de la Constitución que garantiza la libertad de asociación política.

El voto universal dejaría sin sentido el artículo ya consensuado del proyecto de ley que condiciona la entrega del financiamiento estatal al registro del padrón de miembros de cada partido y su actualización cada año. Eso aparte de lo difícil que sería el cómputo simultáneo de los votos de la elección primaria de candidatos municipales, que podrían alcanzar a 12 mil por partidos, tres por cada cargo, dada la experiencia del procesamiento del voto preferencial a poco más de un millar de candidatos a diputados.

Doblegado el Congreso

En realidad el Congreso ha quedado doblegado por la voluntad presidencial después que el Comité Político del PLD fracasó tres veces en ponerse de acuerdo sobre las primarias abiertas, la última vez el 2 de octubre, cuando se anunció que escogerían una comisión de juristas para que determine si sería inconstitucional imponer a los partidos el voto universal en la elección de sus candidatos.

Como en muchos otros temas del debate nacional, el presidente Medina no ha expresado ni defendido su preferencia por el padrón abierto, lo que nadie duda porque sus colaboradores políticos han sido bien explícitos y sólo su interés explica el congelamiento del Comité Político de su partido y ahora de la Comisión Bicameral  del Congreso. 

Pero más de seis semanas después que decidieran la comisión de constitucionalistas, no han podido ponerse de acuerdo para escogerlos y esta semana el secretario general del partido anunció que en vez de los cinco anunciados, serán siete, lo que todavía podría tomar tiempo y más aun para que se pongan de acuerdo. Todo eso indica que caerá otra legislatura a mediados de enero sin que el Congreso pueda decidir. Eso explicaría el comunicado expedido esta semana por el Consejo Nacional de la Empresa Privada, reclamando la aprobación de la Ley de partidos como fundamental para la institucionalidad democrática, apoyado luego por la Asociación Nacional de Jóvenes Empresarios.

El próximo paso sería que la comisión de juristas se sobreponga al dictamen de inconstitucionalidad de la Suprema Corte de Justicia sobre la Ley 286-04 del 2004 que instituyó la votación obligatoria y simultánea con padrón abierto para las elecciones primarias. De nada ha valido que se recuerde que la Corte actuó en función constitucional y que la Constitución del 2010 del  mismo PLD y de la gran mayoría de sus actuales legisladores se consignó un artículo transitorio consignando que le nuevo Tribunal Constitucional no podrá revisar las sentencias previas.

Restricciones presupuestarias

El presidencialismo subordina también al Poder Judicial y al Municipal restringiéndole su financiamiento, aún desconociendo las leyes que pretenden evitarlo asignándole una proporción mínima de los ingresos fiscales, del 2.66% para la justicia, y  10% de los ingresos para los ayuntamientos.

Las carencias del Poder Judicial han sido exhibidas reiteradas veces en los últimos años, al punto que en la provincia Santo Domingo varios tribunales operan en furgones implementados como “salas judiciales”. Las asociaciones de jueces y algunos a título individual han reclamado inútilmente el cumplimiento de la ley. Igual en el Ministerio Público cada vez con mayores apremios investigativos.

Esta misma semana el presidente del Poder Judicial, Mariano Germán, que no se ha caracterizado por muchas exigencias a sus compañeros de partido que controlan el Poder Ejecutivo, respondió preguntas de reporteros diciendo que el incremento a la justicia en el Presupuesto para el 2018, que acaba de ser aprobado,  “no alcanza ni para arroz y habichuelas”. Recientemente el presidente de la Cámara de Cuentas, otro organismo básico del Estado, dijo que no habían podido auditar las escandalosas construcciones de Odebrecht por falta de recursos. Hace sólo días el alcalde de Santiago anunció que apelará al tribunal contencioso administrativo para que se le entregue la proporción presupuestaria de ley.

Concentra el presupuesto

Si se observan los cuadros anexos, cortesía del economista José Rijo, se puede advertir que progresivamente la presidencia de la República aumenta su participación en el presupuesto nacional, mientras restringe la de justicia y los cabildos. Para el 2018 al Poder Judicial sólo se le asigna el 1.2% de los ingresos nacionales, cuando la ley 194-04 dispone el 2.66% y a la Procuraduría General el 1% en vez del 1.43% . Es decir que se le quita casi el 50% al sector.

Lo de los 158 municipios y 232 distritos municipales del país es todavía peor, por cuanto en vez del 10% que manda la Ley 166-03, sólo se le asigna el 2.8% de los ingresos para el próximo año, es decir que el Ejecutivo se queda con más de las dos terceras partes. Pero cuando se ve el récord de los últimos tres años, en el caso de la justicia al menos se mantiene la proporción, pero en los municipios se reduce del 3.5 al 3.3 y al 2.8% de los ingresos. Ha sido una constante desde que se aprobó la ley en el 2003, cuando se le llegó a asignar el 6%.

El pretexto es que los ingresos nacionales son insuficientes, pero sin embargo, el presupuesto de la Presidencia de la República se ha mantenido entre el 10 y el 11% de los ingresos cada año. Para el 2018 se le aumenta en 4,208 millones de pesos, mientras al Poder Judicial y la Procuraduría se le incrementa en 1,697 millones de pesos. El próximo año la Presidencia de la República tiene asignados 61, 974 millones de pesos, mientras los dos organismos judiciales sólo 13 mil 338 millones de pesos.

Acendrado presidencialismo

El presidente Danilo Medina ha gobernado por más de cinco años con el control absoluto del Congreso, casi total de los órganos judiciales y de la mayoría de los municipios, pero también de múltiples instituciones privadas, subordinando también organizaciones profesionales, sindicales y academias, y neutralizando empresariales, medios de comunicación y entidades sociales de todo género.

Prueba de su vocación por controlarlo todo fue que para ls reciente elección de los dirigentes del Colegio Médico el propio Medina presidió una reunión en el Palacio Nacional con los funcionarios del sector salud, donde se decidió llevar una candidatura y darle todo el apoyo gubernamental. El secretario general del PLD llegó a levantarle la mano en público al candidato Clemente Terrero, pese a lo cual perdió 20 a 70%. Hace dos años el candidato oficialista a presidir el Colegio de Abogados perdió las elecciones, y cuatro meses después el que ganó con respaldo de la oposición política fue persuadido de juramentarse en el PLD.

El exagerado presidencialismo dominicano está diagnosticado hace décadas. Hasta en los gobiernos tiránicos y absolutistas como el de Trujillo, o cuasi dictatoriales, como el ni Balaguer, los mandatarios “no era malos, sino sus colaboradores”. Una serie de cuatro encuestas de alto nivel académico sobre Cultura Política Democrática, entre 1994 y 2004, estableció que hasta un 86%  creía que el buen presidente “debe ser como un padre a quien hay que acudir para que resuelva los problemas”.

Por eso será que Danilo Medina lleva 189 “visitas sorpresas”, repartiendo el dinero que le niega por encima de la ley a los ayuntamientos y el 5% de los ingresos instituido para los municipios donde hay explotación minera, como la del oro. Ese presidencialismo explica que todos los que llegan a la presidencia de la nación sean proclamados como lideres insustituibles.-