Ante las encrucijadas en que nos encontramos, en especial, frente a nuestra Fe Católica, nos recomienda el Papa León XIV que acudamos a la devoción mariana de los agustinos a Nuestra Señora del Buen Consejo.
Sobre ella generosamente ha derramado Dios todos los dones del Espíritu Santo no solamente como la Madre del Señor, sino también su acompañante a lo largo de toda la vida de nuestro Maestro y Salvador, en especial, las más cruciales de su ministerio y en la Cruz.
Obediencia, fidelidad y alabanza a nuestro Dios, confiándose a su Divina Misericordia con la seguridad de que todas las cosas se sostienen y serán renovadas en Cristo Jesús, su Hijo único.
La Virgen María quiere que vivamos conforme a lo que es aceptable a Jesús, Nuestra Eucaristía, el Esposo de la Iglesia, el Banquete espléndido para los pobres y las Nuevas Vestiduras que en los Sacramentos recibimos, dando así alegría a nuestra existencia y la paz que tanto necesita nuestro espíritu.
Nuestra Señora del Buen Consejo, patrona de los agustinos… Ruega por nosotros.