La Santísima Virgen María es la Salud de los Enfermos. Por eso se ofrece la Santa Misa, por la salud mental y física de quienes sufren y están enfermos.

Con Cristo, José y María, compartimos el misterio del dolor. Nuestra sanación llega con el Espíritu de servicio.

Contemplamos la Cruz del Redentor. El lugar donde recibimos la aceptación de la voluntad de Dios en tiempos de necesidad y la fuerza para asumir nuestras responsabilidades como discípulos del Señor.

El Sacramento sanador del Cuerpo y la Sangre de Cristo es nuestro... Compartamos esta Buena Nueva con todos aquellos a quienes estamos destinados a compartirla.