El Señor del Sábado no es excluyente ni la Fé Católica es exclusiva de algunos.
Para expandir nuestro corazón comulgamos, para sumergirnos en la inmensidad y profundidad del pensamiento del Señor participamos de su misión salvadora con nuestro diario vivir.
Nuestras pequeñeces, mezquindades y limitaciones han de someterse y rendirse a la compasión y generosidad del Señor ante cualquier sistema rígido e intransigente de creencias y organizaciones.
A partir de la muerte y resurrección del Hijo de Dios y de María, al participar de su Pascua, cada día es el día del Señor para recibir su misericordia, rendirle culto con sus Santos y comunicar a tantos que si necesitan de sus bondades y saber que Él es incondicional con sus hijos.
El Día del Señor, la Pascua Semanal ha convertido el Sábado en el día de la Virgen María. A Jesús Eucaristía por María. La manera correcta de comulgar se realiza por intercesión de la Virgen Madre. Y entonces desde entonces, comer del Cuerpo y beber de la Sangre del Señor implica compartir automáticamente el alimento con los más necesitados.
Si no te habías dado cuenta de ello, comienza desde ahora a hacerlo correctamente, como debe de ser.