Queremos pensar que criamos a nuestros hijos para que piensen por sí mismos y no hagan tonterías o cosas poco sanas únicamente porque así lo hacen los niños populares.

Sin embargo, las investigaciones muestran que cuando se trata del tabaquismo, los niños son influenciados fuertemente por los chicos más populares de todos: los actores de películas.

“Hay una relación dosis-respuesta: mientras más fumadores ven en la pantalla, es más probable que los chicos fumen”, dijo Stanton Glantz, profesor y director del Centro de Investigación y Educación para el Control del Tabaco de la Universidad de California en San Francisco. Glantz es uno de los autores de un nuevo estudio que descubrió que las películas más taquilleras exhiben más consumo de tabaco.

“La evidencia comprueba que es el estímulo más grande” del tabaquismo, dijo Glantz. “Se sobrepone al buen ejemplo paterno y es más poderoso que la influencia de los compañeros o incluso que la publicidad de cigarrillos”.

Dijo que hay estudios epidemiológicos que demuestran que, aunque se controlen todos los demás factores de riesgo (padres fumadores, actitudes ante la toma de riesgos, estatus socioeconómico, etcétera), los adolescentes que están más expuestos a ver a los actores fumando en la pantalla son dos o tres veces más propensos a comenzar a fumar, comparados con los chicos que tienen una menor exposición.

Aquellos que tienen padres fumadores son más propensos a fumar, dijo, pero la exposición al tabaquismo en películas puede sobrepasar al beneficio de tener padres no fumadores. En un estudio, los hijos de no fumadores con alta exposición al tabaco en la pantalla resultaron tan propensos a fumar como los hijos de padres fumadores con alta exposición al tabaco en la pantalla.

Para Glantz y otras personas que investigan sobre el tema, esto vuelve a la exposición de consumo de tabaco en películas en una “toxina ambiental”, un factor de peligro para los niños.

“No hay excusa para continuar con el tabaquismo en películas que están clasificadas para su exhibición a menores de edad, por lo que queremos que se establezca una política que prohíba los cigarrillos en películas que están clasificadas como infantiles”, dijo Glantz, quien tiene un sitio web llamado Smoke Free Movies, o Películas sin Tabaco. “Los estudios cinematográficos tienen el poder de arreglarlo con una llamada telefónica”.

El sistema de clasificación necesita comenzar a catalogar al tabaquismo como una obscenidad prohibida, dijo; si hay fumadores en la película, esta debe considerarse no apta para menores de 17 años sin la compañía de un adulto, que en Estados Unidos corresponde a la clasificación R.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés) estiman en una hoja informativa sobre el tabaquismo en las películas que eliminar la exhibición del consumo de tabaco en los filmes clasificados como infantiles salvaría al 18 por ciento de los 5,6 millones de jóvenes estadounidenses –es decir, a un millón de personas– cuyas vidas se perderán debido a enfermedades relacionadas con el tabaquismo. “No hay otra cosa que podamos hacer que resulte tan barata y salve tantas vidas”, dijo Glantz.

El experto comentó que el asunto ha sido estudiado en 17 países distintos y que, aunque las políticas varían mucho y las culturas son muy distintas, los resultados son notablemente similares. “En todo el mundo se puede constatar consistentemente que hay dos o tres veces más riesgo en niños que están expuestos a ver una gran cantidad de fumadores en filmes”, señaló.

Hace cinco años, la gente que se preocupaba por el efecto en los jóvenes de las escenas de fumadores pensó que las cosas estaban funcionando bien. En películas clasificadas para una audiencia más joven, los “episodios de tabaquismo” han estado disminuyendo de forma continua.

No solo eso, sino que, en 2012, ante un gran despliegue de evidencia científica, la revista especializada Surgeon General publicó un informe que declaraba explícitamente que ver a la gente fumando en las películas causaba que los niños comenzaran a fumar: “Estudios longitudinales han encontrado que los adolescentes cuyas estrellas favoritas fuman en la pantalla, o que están expuestos a un gran número de películas que muestran fumadores, están en gran riesgo de volverse fumadores.”

“En todo el mundo se puede constatar consistentemente que hay dos o tres veces más riesgo en niños que están expuestos a ver una gran cantidad de fumadores en filmes”.STANTON GLANTZ, DOCTOR QUE ESTUDIA EFECTOS DEL TABACO

Sin embargo, después de 2010 y a pesar de la evidencia acumulada, el índice de fumadores en el cine comenzó a aumentar en las películas de corte juvenil, según informa un nuevo estudio, publicado en el Informe Semanal de Mortalidad y Morbidez de los CDC, que revisó las escenas con tabaquismo en películas muy taquilleras proyectadas de 2010 a 2016.

“Cuando comparamos 2010 con 2016, vimos una pequeña disminución en el número de películas, pero un aumento en el número de episodios de tabaquismo”, dijo Michael Tynan, analista de salud pública del departamento de tabaquismo y salud de los CDC, y autor principal de ese informe, en relación con las películas clasificación G, PG y PG-13 (aptas para menores según los estándares en Estados Unidos). Glantz también participó en el estudio, y junto con dos de los otros cuatro autores, recibió un subsidio de Truth Initiative, un grupo antitabaquismo.

La cantidad de veces que un actor consume tabaco en una película muy taquillera “creció 72 por ciento en todas las películas en general y 43 por ciento en películas clasificación PG-13”, dijo Tynan. En otras palabras, dijo, para 2016 había “más episodios de tabaquismo concentrados en menos películas”.

Una de cada cuatro películas clasificadas como juveniles hoy en día continúa mostrando consumo de tabaco, dijo Tynan, “y sabemos que es dañino para la juventud y los empuja a comenzar a fumar”.

Además, las políticas actuales de los estudios de películas, que parecían funcionar desde 2012, son claramente insuficientes, dijo Tynan. “La frecuencia del tabaquismo en películas clasificación PG-13 es un asunto de salud pública”. Entonces, ¿qué debería hacerse? “Un buen cambio sería clasificar las películas que presenten uso de tabaco como R”, sugirió.

Otras medidas que podrían ayudar serían obligar a los estudios cinematográficos a certificar que no hubo patrocinio por parte de ningún producto, y eliminar el uso de cualquier marca de tabaco en los filmes.

En un estudio realizado en la década de los noventa, los investigadores destacaron algunas de las diferencias entre los fumadores de la pantalla y los de la vida real. En la vida real, los fumadores tienen probabilidad de ser “gente pobre, gente con problemas de salud mental”, aseguró Glantz. “Observa a los poderosos, a la gente rica, a los que tienen el control: no fuman”. Sin embargo, en las películas suelen fumar los personajes más deseables o poderosos, incluso si son los malos, y de este modo las películas refuerzan las imágenes de los anuncios de cigarrillos.

Las imágenes de las películas son poderosas. En un experimento, fumadores jóvenes vieron montajes de extractos de películas recientes; los participantes fueron organizados de forma aleatoria para que algunos vieran escenas con fumadores y otros no.

Después, se les dio un receso de diez minutos. Durante este, los que vieron las imágenes de fumadores fueron mucho más propensos a fumar que aquellos fumadores que no habían visto las imágenes.

“Mantener el tabaquismo en los filmes es como poner arsénico en las palomitas”, dijo Glantz. Afirmó que el nuevo estudio “muestra que ya eliminaron la mitad del arsénico. Ahora, necesitan quitar el resto”.

Fuente: NY Times