Un soldado se convierte a Cristo al realizar la obra de misericordia al vestir al desnudo. Y en momentos de crisis mayúscula.swcle llama a ser Pastor de una grey perseguida. Ese fue San Martín de Tours. Hermoso el servicio anónimo, interesado solo en hacer el bien, que huye de los reconocimientos y posicionamientos perpetuos.

No son una especie en extinción aquellas personas que pedían excusas, se disculpaban y querían reparar, incluso sin cobrar, por el trabajo que no resultó como era requerido.

Un verdadero servidor de Cristo Jesús no se queda en lo técnico y lo elemental de su oficio a la espera del fin de semana el cual dedica al culto al placer, y si queda espacio, ir a una Iglesia si la encuentra cerca.

La vida del servidor, a semejanza del Cristo que lavó los pies a San Pedro, es dedicarse, especializarse y ampliar los horizontes en tantas ramas que hoy se ofrecen para el bien de los demás.

Un pensamiento que está en nuestra mente siempre es la situación de las personas que dedican la mayor y mejor parte de su vida a un centro laboral privado o del estado y tienen que abandonar su trabajo porque la edad y las exigencias del mercado así lo demandan. Adultos y ancianos no tienen reciben un retiro, pensión o jubilación que les permita vivir su vejez junto a los suyos de manera digna. Terminando sus últimas décadas en las situaciones más penosas. Hemos de luchar por aquellos hombres y mujeres de los que hace el Evangelio de hoy una radiografía exacta: los que limpian, reparan y dan mantenimiento, hacen labores de seguridad y oficios pesados y prolongados que nadie quiere hacer. ¡Qué el Señor les de su recompensa y reconocimiento en el Cielo!, pero mientras están vivos y pasando penurias, eso no soluciona.

El Evangelio, Cristo, demandan dignidad y el mejor trato para sus siervos inútiles, en especial los sufridos y los ancianos.