¿Cómo colaborar en todo momento y lugar al Reino de Dios?
El desconcierto nos invade. El desaliento nos arropa cuándo pensamos si tiene sentido lo que hacemos o si hemos gastado nuestros años en vano.
Sembrar nuestro entorno de todo lo bueno. Emplear nuestros recursos y capacidades en mejorar los ambientes en que laboramos y dejar un legado.
La Palabra de Dios hizo mella en una religiosa que puso todo su ser al servicio de la misión comunicando un mensaje de parte de la Virgen María acorde a la situación de la Iglesia y del mundo de su tiempo, necesitados de la misión para con los pobres.
Roguemos a la visionaria de la Medalla Milagrosa, Santa Catalina Labouret, en el espíritu de San Vicente de Paul y Santa Luisa de Marillac, que la Iglesia se renueve y rejuvenezca por el afán misionero.

